miércoles, 19 de diciembre de 2012

En Las Manos del Maestro - Reflexiones

Estaba golpeado y marcado, y el rematador en una subasta pensó que, por su escaso valor, no tenía sentido perder demasiado tiempo con el viejo violín, pero lo levantó con una sonrisa.
-¿Cuánto dan señores? -gritó-, ¿quién empezará a apostar por mí?
-Un dólar, un dólar- alguien replicó después, ¡dos dólares!.
-¿Sólo dos? Dos dólares y ¿quién da tres?, tres dólares, a la una; tres dólares a las
dos; y van tres…
Pero NO, desde el fondo de la sala un hombre canoso se adelantó y recogió el
violín; luego, después de quitar el polvo del instrumento y estirado sus cuerdas
flojas, las afinó y tocó una melodía pura y dulce como un coro de ángeles.
Cesó la música, y el rematador, con una voz silenciosa y baja dijo: -¿Cuánto
me dan por el viejo violín? y lo levantó en alto.
-Mil dólares y… ¿quién da dos? -¡Dos mil!, ¿Y quién da tres? Tres mil a la
una, tres mil a las dos; y se va y se fue, -dijo.
La gente aplaudía, pero algunos decían: “No entendemos bien, ¿qué cambió su valor?” La respuesta no se hizo esperar: “¡La Mano del Maestro!”
¡Que una melodía celestial brote hoy en tu vida, si te dejas usar en las manos del Maestro por excelencia!
Efesios 2:10. somos hechura Suya creados en Cristo Jesús para buenas obras las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

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