Por alguna razón la gente nunca estará de acuerdo
totalmente con lo que haces; mientras hagas lo que ellos quieran serás un héroe,
pero cuando hagas algo que a ellos no les parezca coherente, entonces serás un villano.
No te puedes pasar la vida deteniéndote en comentarios ajenos que lo único que quieren es destruirte. Si te pasas la vida prestando atención a lo mal que hablan de ti o a lo que te están criticando nunca avanzarás.
La gente tratará de hacer que el comentario se
vea “constructivo” desde su punto de vista, pero la realidad es que eso en
muchas ocasiones solo será un disfraz que realmente te llevará a la
destrucción.
La gente te criticará por lo que te ven hacer y
que ellos nunca pudieron ni podrían hacer; criticar es tan fácil...,
sentarse en un sofá a mirar al que está saliendo en la televisión es facilísimo,
pero ser el protagonista de eso que estás viendo no es nada fácil.
Muchos de nosotros nos
llenamos la boca de críticas sin saber realmente la intención verdadera del que
estamos criticando. Lo hacemos en base a una interpretación personal y dejamos a
un lado lo que Dios pueda pensar sobre el asunto.
Cuando Samuel iba a ungir a David como futuro rey
de Israel primero vio a todos sus hermanos, y cada uno de ellos le parecía lo
suficientemente fuerte como para ser el próximo rey de Israel, “Pero el Señor le dijo a Samuel: —No juzgues por su
apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado. El Señor no ve las
cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero
el Señor mira el corazón.” 1 Samuel 16:7 (Nueva Traducción
Viviente).
Samuel no era cualquier persona, era un profeta
de Dios, un hombre lleno de la presencia del Señor, sin embargo se equivocó en
su juicio en base a la interpretación que dio por medio del físico que observó entre los hermanos de David, y entonces, allí mismo, Dios le dio una lección que
nunca olvidaría y que hoy en día, miles de años después, Dios sigue enseñándonos, y es que no podemos basar nuestra critica o juicio en base a una apariencia, porque
Dios lo hace en base al corazón y sus intenciones.
Quizá en muchas ocasiones seas criticado por
querer hacer algo diferente al resto, pero si eso que estás haciendo es
impulsado por Dios, ¡hazlo!; no esperes a recibir felicitaciones y muestras de
apoyo, recuerda que el enemigo nunca querrá verte triunfar y utilizará la
critica como arma para derribar todos tus propósitos u objetivos. La pregunta
entonces es: ¿Permitirás que derribe tan fácilmente todo lo que has soñado?,
¡no!
Cuando recibas criticas destructivas no pongas
atención a cada palabra y frase, cuando escuches algo que humanamente te duela
recuerda que es un dardo más que el enemigo está lanzando a tu vida para que te
detengas, por ello toma fuerzas y ¡sigue adelante!, porque cuando los dardos te
son enviados es porque lo que estás haciendo tendrá una repercusión tal, que
quedarás maravillado de lo que Dios hará en tu vida.
Durante toda tu vida recibirás comentarios que
querrán destruirte, incluso de personas que aprecias mucho o que creías que
eran especiales para ti, sin embargo no te detengas a escuchar la critica, la
burla o cualquier palabra que lo único que querrá es destruirte; al contrario,
camina más deprisa, ve rumbo a tu objetivo y nunca olvides que Dios va contigo y
que NUNCA TE DEJARÁ.
Los comentarios destructivos lo único que tienen que provocar en ti es el deseo de seguir avanzando a pesar de todo para cumplir
tus objetivos, esos comentarios con mala intención lejos de provocar tu caída te
harán más fuerte y provocarán en ti el deseo de luchar por cumplir tus
sueños.
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