Todas las cicatrices cuentan una historia. La increíble historia del Evangelio es que Jesús también tiene cicatrices, pero a diferencia de nuestras historias, sus cicatrices cuentan una bella historia de amor y perdón.
Nuestro objetivo como Iglesia es llevar a la gente a la fe en Jesús e integrarla en la familia de Dios. Y que nuestro carácter se parezca al de Cristo, glorificando a Dios y sirviendo en toda buena obra.
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