Esto hace que los evangélicos tengan muchas cosas en común con los cristianos de la Iglesia Católica, aunque también tengan muchas diferencias. Los sacramentos son una de esas cosas que diferencian ambas creencias ya que los evangélicos sólo dicen tener sólo dos: La Mesa del Señor O Santa Cena, que podría ser el equivalente a la Eucaristía, y el Bautismo.
Por tanto, el momento para bautizarse depende de cada persona, como explica uno de los miembros de la Iglesia Evangélica de la calle Ávila, en Albacete, España, Rafael Ojeda. "Nosotros no creemos que un niño deba bautizarse porque aún no tiene la suficiente madurez como para tomar esa decisión. Hablamos de algo muy serio y por eso consideramos que debe hacerse en la edad adulta. A partir de la adolescencia o cuando se tenga madurez suficiente". Esta idea de que las personas deben bautizarse a partir de cierta edad no se ha sacado de la nada, como explica el pastor de la iglesia, José Pozo Auñón. "Nosotros creemos en todo lo que está escrito en la Biblia y todos los bautizos que allí aparecen son de gente adulta; fue la iglesia católica la que empezó a bautizar a recién nacidos".
El único requisito indispensable para poder bautizarse es creer en Jesucristo, asegura Rafael. "Para bautizarse hay que creer y sentir la necesidad de reconciliarse con Dios, porque todos somos pecadores; pueden ser pecados grandes o pequeños pero el que se siente pecador va en busca de Dios".
Aunque, como decimos, el único requisito para ser bautizado es creer en Jesucristo y en su Palabra, transmitida a través de la Biblia, lo habitual es que la gente siga un proceso antes de recibir el sacramento bajo el asesoramiento del pastor. Se trata del denominado discipulado, como explica José Pozo. "El discipulado consiste en venir a la iglesia, estudiar la Biblia y los principios de la iglesia. Cuando conoces de qué se trata y te identificas con la iglesia estás listo para ser bautizado. Hay que saber con qué te identificas, ser bautizado no es firmar un papel", dijo a La Verdad.
No existe una fecha determinada para bautizarse; cada uno lo hace cuando está preparado, sin embargo se suelen escoger fechas cercanas al verano ya que el bautismo en las iglesias evangélicas es por inmersión; es decir, que el bautizado debe sumergirse totalmente dentro del agua.
Esta forma de bautizarse tiene un significado simbólico: el cuerpo debe sumergirse entero por el significado que tiene el bautismo. Cuando la persona entra dentro del agua muere. Es como si enterrara su vida pasada y al salir comenzara una vida nueva, muere por Cristo y resucita por Él. Al tener que realizar una inmersión completa muchos evangélicos optan por bautizarse en el río, en una laguna o en la playa, aunque todas las iglesias cuentan con un lugar para llevar a cabo este sacramento; en concreto en la iglesia de la calle Ávila, cuentan con una piscina portátil, con una profundidad de un metro, la suficiente para sumergirse completamente. Aunque cada uno puede ir vestido como quiera, lo normal es que los futuros bautizados lleven una túnica blanca con la que nacerán a su nueva vida.
La ceremonia suele ser sencilla, como un día de culto corriente en el que también se realiza el bautismo, y donde los bautizados dicen simbólicamente a los miembros de la iglesia que creen en Jesucristo y que por ello comienzan a formar parte de la congregación.
Aunque el bautismo no implica la salvación de la persona sí que es un paso necesario para que pueda participar en la Mesa del Señor, recordando la última cena, sacramento en el que no podían participar de forma activa hasta entonces. Tras la ceremonia no es necesario llevar a cabo una gran celebración aunque cada uno lo festeja como quiere.
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