La buena vida
Un popular chiste en Internet dice algo así:
Una secretaria, un asesor legal y un socio de una gran empresa jurídica se dirigen a almorzar, cuando encuentran una antigua lámpara de aceite.
La frotan y aparece un genio en una nube de humo.
Éste dijo:
-Por lo general concedo sólo tres deseos, de modo que daré uno a cada uno de ustedes.
-¡A mí primero! -dijo la secretaria-. Quiero estar en Bahamas, conduciendo una lancha de motor, olvidada del mundo. Enseguida la mujer desapareció.
-¡Sigo yo! -exclamó el asesor legal-. Quiero estar en Hawai, relajándome en la playa con mi masajista personal, un suministro inagotable de piñas coladas y el amor de mi vida. Y también se esfumó.
-¡Tú eres el próximo! -indicó el genio al socio.
Éste último dijo:
-Quiero a estos dos en la oficina, en cuanto termine el almuerzo.
Por generaciones se nos ha dicho que podemos “obtenerlo todo”, pero hay mucho por hacer. No contamos con el tiempo suficiente y menos con una lámpara mágica que lo haga por nosotros. Sin embargo, no querríamos todo eso, si pensáramos que no nos iba a producir bienestar.
No obstante, dicen los que saben que existe un sendero más simple para una vida feliz. Estos tres puntos de vista se mencionan como las llaves de la felicidad:
1. No te preocupes -Él te ama (Juan 13:1)
2. No desfallezcas -Él te sostiene (Salmo 139:10)
3. No temas -Él te guarda (Salmo 121:5)
2. No desfallezcas -Él te sostiene (Salmo 139:10)
3. No temas -Él te guarda (Salmo 121:5)
Es factible tenerlo todo, “todo”… si permitimos que Dios sea nuestro “todo”.
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti?
Y fuera de ti, nada deseo en la tierra.
Mi carne y mi corazón pueden desfallecer,
pero mi Dios es la fortaleza de mi corazón
y mi porción para siempre.
Salmo 73:25,26
Y fuera de ti, nada deseo en la tierra.
Mi carne y mi corazón pueden desfallecer,
pero mi Dios es la fortaleza de mi corazón
y mi porción para siempre.
Salmo 73:25,26
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