lunes, 8 de mayo de 2017

La fe y la oración secreta

Resultado de imagen de La fe y la oración secreta«Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán». Marcos 11: 24, NVI
La fe verdadera demanda la bendición prometida y se aferra a ella antes de que se haga realidad y poder sentirla. Hemos de elevar nuestras peticiones al lugar santísimo con una fe que dé por recibidos los beneficios prometidos y los considere ya suyos. Tenemos que creer, pues, que recibiremos la bendición, porque nuestra fe ya se apropió de ella, y, según la Palabra, es nuestra. «Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán» (Marcos 11: 24, NVI). Esto es fe sincera y pura: creer que recibiremos la bendición aun antes de recibirla en realidad. Cuando la bendición prometida se hace realidad y se disfruta, la fe ya no tiene valor. Pero muchos, errados, suponen que tienen una gran fe cuando participan del Espíritu Santo en forma destacada, y que no pueden tener fe a menos que sientan el poder del Espíritu. Estas personas confunden la fe con la bendición que nos llega por medio de ella. Precisamente, el tiempo más apropiado para ejercer la fe es cuando nos sentimos privados del Espíritu. Cuando parecen descender densas nubes sobre la mente, es cuando se debe dejar que la fe viva atraviese las tinieblas y disipe las nubes. La fe verdadera se apoya en las promesas contenidas en la Palabra de Dios, y únicamente quienes obedezcan a esta Palabra pueden esperar que se cumplan sus gloriosas promesas.
Debemos orar mucho en secreto. Cristo es la vid, y nosotros los pámpanos. Y si queremos crecer y dar frutos, tenemos que absorber continuamente savia y nutrición de la Vid, porque separados de ella no podemos hacer nada.

domingo, 7 de mayo de 2017

Cristo, el siervo que sufrió

Comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del hombre padecer mucho, ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, ser muerto y resucitar después de tres días. Marcos 8:31

El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45

- Evangelio según Marcos -
Inline image 1Es el más corto y el más condensado de los cuatro evangelios. En él se mencionan más las obras de Jesús que sus palabras. Desde el principio Marcos habla del servicio del Señor. La expresión “luego” aparece con mucha frecuencia, subrayando el compromiso incesante de Jesús en su servicio.
Marcos presenta a Jesús como el Siervo perfecto. No solo es el Rey prometido a Israel, como lo revela Mateo, sino también el verdadero Siervo de Dios (ver Isaías 42:1-9; 49:1-6; 52:13-15; Zacarías 3:8). No es el siervo de los hombres, sino de Dios. Sin embargo, su servicio a Dios se cumple sirviendo a los hombres; de este modo da a conocer la bondad y la misericordia divinas.
Jesús también es el Siervo que sufrió. En este evangelio, los sufrimientos y la muerte de Jesús ocupan mucho lugar. El Señor Jesús habló cuatro veces a sus discípulos de los sufrimientos por los que debía pasar: Está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada”. “Le escarnecerán, le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará” (Marcos 9:12; 10:34, ver también capítulos 8:31; 9:31). Según sus propias palabras, “no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.
Un rescate es el precio que hay que pagar para que los cautivos puedan ser liberados. Jesús anunció que iba a morir en lugar de aquellos que creían en Él, para liberarlos de la esclavitud de Satanás y del pecado.

Un joven trabajador

«Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió; viene la noche cuando nadie puede trabajar». Juan 9: 4, NBD

La vida de Cristo demuestra a todo joven, que una vida de trabajo y obediencia favorece la formación de un buen carácter moral, principios firmes, fortaleza de propósito, conocimientos sólidos y elevados logros espirituales.
Imagen relacionadaEn la vida laboriosa de Cristo, no había momentos de ocio que invitaran a la tentación. No había horas inactivas que prepararan el camino para las compañías malsanas. En cuanto le era posible, cerraba la puerta al tentador. Ni la ganancia ni el placer, ni los aplausos ni la censura, podían inducirlo a consentir un acto pecaminoso. El Señor Jesús era juicioso para discernir el mal, y fuerte para resistirlo. 
La mayoría de los jóvenes de hoy manifiesta amor por los entretenimientos excitantes que son nocivos para un óptimo desarrollo físico e intelectual. Estos entretenimientos malogran la serenidad y tienden a provocar desequilibrio emocional, puesto que la mayor parte del tiempo la mente está sobreexcitada; y poco después resulta intoxicada por las diversiones que desea, lo cual la incapacita para la reflexión profunda y el estudio.
En cambio, el Salvador no quería ser deficiente ni siquiera en el manejo de las herramientas. Fue excelente como obrero, como lo fue en carácter, y con su ejemplo, nos enseñó que es nuestro deber ser laboriosos, y que nuestro trabajo ha de cumplirse con exactitud y esmero, pues hacerlo así es honorable.
El oficio que enseña a la gente a ser útil, y prepara a los jóvenes para llevar sus responsabilidades en la vida, proporciona vigor físico y desarrolla la facultad humana.
Dios nos asignó el trabajo como una bendición, y solamente el obrero diligente halla en él el verdadero sentido y el gozo de la vida.

Mañana Será Mejor

Unos cuantos años antes de que el huracán Katrina azotara Nueva Orleans, un costoso y nuevo automóvil se detuvo en la cima del Puente del Río Mississippi, y un caballero se bajó del mismo luciendo una vestimenta muy costosa.
Se encaramó sobre el barandal y también por debajo del puente, hasta una plataforma sita debajo de la calzada preparándose para saltar. Los coches comenzaron a detenerse y el tráfico se amontonó en kilómetros. La policía llegó con los bomberos, ministros y profesionales de salud mental.
Resultado de imagen de Mañana Será MejorComenzaron a hablar al hombre y a pedirle que no saltara. Le dijeron que posiblemente no muriera; que se le romperían todos sus huesos y quedaría paralizado toda la vida. Como 800 metros atrás, en el tráfico estancado, había un viejo camión con cortadoras de césped, rastrillos y palas. Un viejo jardinero se bajó de su camión y caminó hasta donde estaba reunida la multitud.
Se abrió paso entre la gente, miró hacia abajo y le gritó al hombre en el borde: “Oiga, tengo que llegar a mi trabajo; salte o bájese del puente. Si decide no saltar, ¡mañana va a ser mejor!”
Con eso, el hombre subió de regreso al puente. La policía lo esposó y le pusieron en el asiento trasero del coche policial. El jardinero caminó de vuelta a su camión esperando que se moviese el tráfico.
Entonces, un ministro le preguntó a un bombero: “¿Quién era ése?” El bombero le contestó: “¡No sé, dijo que tenía que ir a trabajar!”
La policía informó a la prensa que de camino al hospital el hombre siguió repitiendo una y otra vez: “Mañana será mejor”.
Uno necesita ver un futuro para tener uno.
“No es lo que no sabemos lo que nos lastima más; es lo que pensamos que sabemos, ¡aunque no sea cierto!”

¿Nos conoceremos en el Cielo?

El pastor y misionero Juan Bueno, en su libro “Consultorio del alma”, responde a la pregunta que todo cristiano se hace cuando pierde un ser querido. ¿Nos conoceremos en el Cielo?

paisaje cielo, eclesiastés, cielo, nos conoceremos en el cieloHace cuatro años falleció un hermano mío, y su muerte aún me causa tanto dolor y tristeza que no puedo olvidarlo. He llorado mucho y me gustaría saber si en el cielo conoceremos a nuestros seres queridos. ¿Qué dice la Biblia acerca de eso, hermano?
- Cuando un ser querido se nos adelanta en ese camino… queda dolor y un vacío que nadie puede llenar. Y aunque ya hace cuatro años de la muerte de su hermano, permanece en usted esa tristeza. Con sobrada razón, entonces, tiene usted la preocupación de saber si en el cielo vamos a conocer a los que hemos amado en esta vida.
Sobre esto, el apóstol Pablo escribe:
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza” (1 Tesalonicenses 4:13).
Es decir, que si su hermano aceptó a Cristo como su Salvador, él es salvo y no hay motivo para entristecerse mucho. Cierto es que, la ausencia de un ser querido nos quita la alegría de ver su rostro y escuchar su voz, pero no nos quita el gozo de saber que muy pronto lo veremos y oiremos.

sábado, 6 de mayo de 2017

Las Puertas de Mi Vida

Hoy abro la puerta a Jesucristo.
Hoy abro las puertas de mi vida y de mi corazón a ti, mi Jesús; hoy me confieso impotente
para seguir, no sé a donde voy pero Tú sí lo sabes.
Hoy me rindo, y solo Tú Mi Amado Señor, sabes bien qué es lo mejor.

Sana Señor cada área de mi vida. Llévame de tu mano en cada instante de mi vida y purifícame con tu sangre preciosa.
Quiero Ir contigo al vientre de mi madre.

Cada momento de mi gestación, cada dolor, cada rechazo y herida,
que con un soplo del Espíritu Santo me des vida, vida de amor en ti.

Libera mi infancia, devuélveme mi sonrisa de niño, sana mis traumas, mis momentos de
dolor y abandono. Abusos que cometieron en mí.

Sana mi soledad y mis carencias.
Que estos espacios vacíos sean cubiertos con tu amor
Sana mi juventud.

Libérame de mis adicciones, del libertinaje, de lo que no me puedo perdonar, del daño que me hice a mí mismo.
De no luchar por mis hermanos, de mis vicios lávame con tu sangre, quiero ser joven en ti. Toma mi vida en tus manos, transfórmala con tu gran amor, libérame del egoísmo, del orgullo, de la soberbia, de la depresión, de los espejismos que me ofrece el mundo. 

Hoy solo quiero seguirte a ti, que me has sacado de la oscuridad y me llevas a la luz.

Padre Nuestro que estas en los cielos…

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Jesús y la oración (Mateo 6; 5-15)
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Día de la Independencia de Israel

Mateo 24:32-33 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
El 5 de Iyar de 5708, coincidente este año con el nuestro de 1948, y eso sí, con la fecha del 2 de mayose proclamó la Independencia del Estado de Israel. Entonces, cuando David Ben Gurión declaró en Tel Aviv, el fin del "Mandato Británico" y el nacimiento del Estado de Israel, comenzaron las celebraciones.

Menos de 24 horas más tarde, los ejércitos regulares de Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak lo invadieron, forzando a Israel a defender su soberanía recién recobrada en su patria ancestral.
En lo que pasó a ser conocido como la Guerra de la Independencia de Israel, las recientemente formadas y mal equipadas Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), rechazaron a los invasores en combates intermitentes que se prolongaron unos 15 meses y se cobraron más de 6 mil vidas (casi el uno por ciento de la población del país en aquel entonces).
Durante los primeros meses de 1949, se mantuvieron negociaciones directas bajo los auspicios de la ONU, entre Israel y cada uno de los países invasores (excepto Irak, que se ha negado a negociar con Israel), cuyo resultado fueron acuerdos de armisticio que reflejaron la situación al término de los combates.
La planicie costera, la Galilea y todo el Néguev quedaron bajo la soberanía de Israel. Judea y Samaria (la Cisjordania) pasaron a dominio jordano. La Franja de Gaza quedó bajo administración egipcia, y la ciudad de Jerusalem quedó dividida, controlando Jordania la parte oriental, incluida la Ciudad Vieja, e Israel el sector occidental.

Solo en el espacio

Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: «Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía.» Génesis 28;16
Al Worden, astronauta del Apolo 15, sabía lo que era estar en la luna. Durante tres días, en 1971, voló solo en su módulo de comando del Endeavor, mientras dos compañeros trabajaban a miles de kilómetros en la superficie de la luna. Su única compañía eran las estrellas, que lo envolvían con su luz.
Cuando el sol se puso sobre Jacob, el personaje del Antiguo Testamento, la primera noche lejos de su casa, él también estaba profundamente solo pero por otra razón. Estaba huyendo de su hermano mayor, que quería matarlo por haberle hurtado la bendición familiar del primogénito. Sin embargo, al dormirse, Jacob soñó con una escalera que unía el cielo y la Tierra. Mientras observaba a los ángeles que subían y bajaban, escuchó la voz de Dios que le prometía estar con él y bendecir a toda la Tierra a través de sus hijos. Cuando Jacob despertó, exclamó: «Ciertamente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía». (Génesis 28:16).
Jacob se había aislado debido a su engaño. Sin embargo, por reales que fueran sus fracasos y la oscuridad de la noche, estaba en la presencia de Aquel cuyos planes siempre son mejores que los nuestros. El cielo está más cerca de lo que pensamos, y el «Dios de Jacob» está con nosotros.


Padre, la gloria de tu presencia y tu bondad supera ampliamente nuestra imaginación.
Dios está más cerca de lo que pensamos.