lunes, 10 de agosto de 2020

Miremos a Cristo

Iglesia cristiana Soberana Gracia: Cerca de Navidad...miremos a Cristo... puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2
Exhortación de suma importancia la que el escritor a los Hebreos nos hace en este versículo, porque mientras permanezcamos siendo dominados por el pecado, sea cual sea, este nos impedirá correr la carrera cristiana, porque quita toda motivación para ello y da entrada al desaliento más completo.
Y por ende se desenfoca del premio supremo que tenemos en la vida cristiana, la vida eterna.

I. El escritor advierte que el desaliento no debe desviar su mirada.

A. Por muy difícil que sea su situación Dios tiene el control de su vida.
B. Que por muy difícil que esté el panorama mundial no se desenfoque de estar listo, porque nuestro Señor pronto viene por su Iglesia.

II. El escritor aclara que en esta carrera no estamos solos.

A. Porque para que nosotros lleguemos a su presencia Él sufrió la muerte de Cruz.
B. Porque debemos correr con paciencia y hacer frente al pecado en el poder del Espíritu Santo.
C. Por muy difícil que parezca todo, Él está con nosotros y en nosotros.
D. Muchos han logrado vencer a lo largo de la vida y en circunstancias mucho más difíciles de las que estamos experimentando.
E. Así como Cristo no se rindió, tampoco nosotros debemos rendirnos en esta carrera.

III. El escritor aclara que debemos fijar nuestros ojos en Jesús.

A. Porque es el autor de nuestra fe.
B. El que corre no debe mirar hacia otros competidores, sino mantener su vista fija en Jesús.
C. Implica alejar la mirada de todas las distracciones, con el fin de contemplar un objeto, Cristo Jesús.
Cuando enfrentamos dificultades y desaliento, es muy fácil perder la perspectiva. Pero no estamos solos; hay ayuda. Muchos han logrado vencer a lo largo de la vida y en forma constante y en circunstancias mucho más difíciles de las que estamos experimentando.
El sufrimiento es el campo de adiestramiento para alcanzar la madurez cristiana. Desarrolla nuestra paciencia y convierte en agradable nuestra victoria final, la cual es Cristo Jesús.


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