sábado, 1 de agosto de 2020

El verdadero sacrificio

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmo 51:17
Los sacrificios para los Israelitas implicaban una ofrenda de las mejores ovejas, becerros, etc., de ellos hacia Dios, que entregaban al templo en Holocausto para la purificación de sus pecados, para vivir en gracia y santidad delante de Dios.
David, muy recordado en nuestro caminar cristiano, considerado en la palabra como el hombre conforme al corazón de Dios y destacado por esto en el nuevo testamento en Hechos 13:22, nos enseña mediante el Salmo 51:16-17, perlas preciosas para nuestra vida cristiana con el verdadero sacrificio que debemos presentar a Dios, las cuales encontramos a continuación:

El verdadero sacrificio implica ser sensible a la voz del Espíritu Santo

Sacrificio vivo | Ley de VidaEl Salmo 51 es conocido por nosotros como el texto con el que, arrepentido, pidió purificación el entonces necio de David, después de ser contrastado por el Profeta Natán por el pecado que cometió con Betsabé. El contexto es el siguiente, para llegar a la idea clave de este punto.
Natán, en 2 Samuel 12: 1-25, es enviado por Dios para reprender las acciones de David frente al adulterio y asesinato que contra Urías el heteo cometió David, quien tuvo en poco la palabra de Dios de guardar sus mandamientos.
Imaginen ustedes a Natán actuando en aquel tiempo bajo la obra de Dios todopoderoso, sacudiendo la conciencia del rey con una historia que indignó a David, y que al mismo tiempo Dios le dio la sabiduría al profeta de confrontarlo; y sí, las acciones ya presentadas por este Rey famoso por sus hazañas y cánticos, en este caso ofendieron a Dios dando vida a este Salmo, cita base de esta enseñanza, para mostrar que Dios quiere que estemos atentos al Natán de nuestros días, quien es el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es quien nos redarguye frente al pecado, y nos convence de que no estamos actuando bien y que estamos negando a Jesús con los actos. Juan 16:8.
Por esto debemos tener en cuenta que para ofrecer un sacrificio verdadero a Dios, debemos tener nuestros oídos atentos al Espíritu Santo, y dejar que Él nos confronte frente a las acciones que nos alejan del propósito de Dios.

El verdadero sacrificio nos limpia del pecado y nos restaura

En los versículos 7-8 podemos notar estas dos actitudes de parte de Dios frente a una persona que es atenta a la presencia del Espíritu Santo: limpieza y restauración.
En el versículo 7 del Salmo 51, David al ser confrontado pide a Dios que lo lave y lo deje más blanco que la nieve, reconociendo así lo sucio que puede quedar un hijo de Dios si se rinde al pecado. Si en algún momento usted se ha sentido así, recuerde que tenemos un Dios que es bueno y que espera que usted se acerque a Él para ser limpio.
En el versículo 8 David dice: “Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido”. Al leer esto, suena un poco a que Dios le hizo dolerse en lo más profundo del corazón a David y sí, efectivamente junto a las consecuencias del pecado hay muerte física. Es así en este caso de su hijo con Betsabé, y también espiritual, puesto que David no era feliz, no tenía paz porque había perdido la conexión espiritual con Dios. También podemos notar que David tenía claro que su dolor sería calmado por el perdón de Dios. ¡Esto realmente es conocer la voluntad de Dios! Y ser raudo para alcanzar su perdón.

El verdadero sacrificio nos lleva al arrepentimiento genuino

Este es el verdadero sacrificio que Dios espera de quienes lo conocemos.
El versículo 17 del Salmo 51 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios, nos habla de dos características claras que debemos tener a la hora de dar un verdadero sacrificio a Dios: el espíritu quebrantado y el corazón contrito y humillado.
¿A qué se refiere con tener un espíritu quebrantado?
Sabemos que el espíritu es lo que tenemos como seres humanos, que nos conecta con Dios, es de Dios y volverá a Dios. También sabemos que la palabra quebrantar significa: afligir, debilitar y otra muy común: cansar.
Con esto claro, comprendemos lo que sucede dentro del ser humano en su espíritu. Está cansado, débil y afligido porque sabemos que nada somos sin Dios y más si lo conocemos. Si se ha sentido cansado en alguna de las áreas de su vida puede que ahí usted no esté dejando que Dios actúe, por lo que puede sentirse confiado en Dios y desahogar su corazón para que usted pueda tener descanso.

Y ¿qué será un corazón contrito y humillado?

El corazón es como el eje central para que el hombre pueda vivir, o lo que es lo mismo, lo necesitamos para vivir. Fue creado para bombear sangre 100.000 veces al día en el cuerpo de un adulto. ¡Realmente extraordinario!
Contrito define acongojado, apenado, atormentado y humillado. Es estar avergonzado de algún hecho.
Dios se derrite por alguien que tiene su corazón llorando por la vergüenza de pecar. ¡Se conmueve!
Es tal la belleza de Dios que lo que desea es consolarlo, levantarlo, que pueda sentir que no pasó nada y que Él ya olvidó eso que lo pudo haber alejado. Si usted lo busca no debe temer porque Él lo espera con ese verdadero sacrificio. Salmo 86:5

En definitiva

Dios quiere de nosotros que tengamos un sacrificio verdadero a diario. No basta con actuar como un buen hijo, buen ciudadano, buen esposo. ¡No!, es necesario tener una reflexión diaria y evaluar nuestros actos delante de Dios, quien es paciente, quien nos amó y dio a su hijo único para que pudiéramos acercarnos con confianza a Él y creer que Él está presente escuchándonos. Quien nos dejó en la compañía del Espíritu Santo, que a diario camina junto a nosotros y nos enseña a ser más agradables a Dios.


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