lunes, 8 de junio de 2020

La revolución del canto

¿Por qué te abates, alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios,  porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y Dios mío! Salmo 42:5
¿Qué se requiere para desatar una revolución? ¿Armas?, bombas? En la Estonia de finales de la década de 1980 fueron canciones. Después de vivir bajo dominio soviético, el "movimiento" comenzó con el canto de canciones patrióticas que dieron lugar al nacimiento de la "Revolución del canto", la cual jugó un papel crucial para la independencia de Estonia en 1991.
Una página web la describe como una revolución sin violencia para derrocar una ocupación muy violenta. Pero el canto siempre fue una importante fuerza unificadora para los estonios; mientras, soportaron 50 años de gobierno soviético.
La música también puede ser importante para ayudarnos a atravesar momentos difíciles. Posiblemente por eso nos identificamos tanto con los salmos. En una noche oscura de su alma, el salmista cantó: ¿Por qué te abates, alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios,  porque aún he de alabarlo, ¡salvación mía y Dios mío! Salmo 42:5 Y en una etapa de profunda decepción, Asaf, líder de la adoración, recordó: Ciertamente es bueno Dios para con Israel, para con los limpios de corazón (Salmo 73:1).
En las dificultades, unámonos a los salmistas con una revolución del canto, de corazón, la cual derrotará la tiranía de la desesperación con la fe que surge de la confianza en el gran amor de Dios.
Padre, dame fuerzas para cantar de tu gran amor.
 

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