Algunos creyentes piensan de esta manera. Y a menudo fundamentan su respuesta en su forma de entender Romanos 8:28: Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman; es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito. Sin embargo, cuando examinamos el contexto con versículos anteriores y posteriores, descubrimos que este versículo tiene un significado diferente.

Este pasaje nos da una clara perspectiva de lo que Dios en realidad desea que sepamos acerca de estos versículos. A pesar de lo que nos suceda en este mundo, el Espíritu Santo intercede por nosotros para que la voluntad del Padre se cumpla en nuestra vida. De hecho, en la Biblia se nos enseña que en realidad podemos asociarnos con el Espíritu Santo en oración, y pedir por nuestra propia vida y por la vida de los demás (1 Timoteo 2:1).
Será inevitable enfrentar adversidades. Pero Dios puede y cambiará estas adversidades para nuestro bien, cuando nos rindamos a Su dirección. El apóstol Pablo indicó que tenemos enemigos que no son de carne ni de sangre; sino son principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este mundo y huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12). Cuando somos atacados por las fuerzas de las tinieblas, los cristianos no debemos sentarnos a pensar que somos autosuficientes; debemos rendirnos a Dios y resistir al diablo (Santiago 4:7).
En resumen, la cita de Romanos 8:28 es un recordatorio de que a pesar de lo que el enemigo mande a nuestro camino, Dios está en el trono y ¡Jesús es el Señor!
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