sábado, 7 de marzo de 2020

Cuando se nos acaben los mañanas

¿Cual es el día más ocupado de la semana? ¡Mañana! Ese mañana es el día más ocupado de la semana porque tenemos la costumbre de dejar todo... para mañana.  
Muchos de nosotros hablamos del día de mañana con tanta seguridad, que parecería que se nos ha olvidado que nuestra vida es fugaz, que no somos dueños de nuestra vida, que nuestra vida está en las manos de nuestro Dios.  
Resultado de imagen de Cuando se nos acaben los mañanasEl escritor y empresario estadounidense Todd Henry cuenta que una vez le preguntó a una persona, que cuál creía era la tierra más costosa del planeta. Todd pensaba que esa persona diría Manhattan, San Francisco o quizá algún lugar exótico como Dubai, pero esa persona respondió: la tierra más costosa son los cementerios. 
¿Los cementerios? Le preguntó Todd muy extrañado, y le inquirió que por qué pensaba eso. El hombre respondió: Sí, los cementerios porque esos lugares están llenos de historias no contadas, de novelas sin escribir y millones de sueños y metas sin cumplir, de millones de proyectos sin llevar a cabo, de ideas que pudieron cambiar a mejor nuestra sociedad o quizás el mundo, pero que nunca se pusieron en práctica.  
Es decir, que cada día cientos de miles personas mueren en el mundo, incluidas personas cristianas que tenían en ellas el poder y la presencia de Dios, y que cuando son puestas en sus tumbas, las palabras que se podría decir sobre ellos serían: aquí está un hombre que murió LLENO, lleno de buenas palabras que nunca dijo, lleno de sueños que nunca cumplió, lleno de metas que nunca alcanzó, lleno de poemas que nunca escribió, lleno de besos y abrazos que nunca dio, lleno de consejos que nunca compartió. 
Yo no quisiera morir así, y ¿usted? 
Pero ¿por qué pasa eso? La gran mayoría de la gente que muere así es por una razón: PORQUE PENSAMOS QUE SIEMPRE HABRÁ UN MAÑANA PARA HACERLO. Pensamos que si no lo hago hoy, mañana lo podré hacer; mañana puedo dedicarle tiempo a mi familia, mañana puedo abrazar a mis hijos, mañana podré salir a compartir con mi esposa, comenzaré el proyecto, visitaré a mis padres, mañana comienzo una nueva vida, mañana me dedicaré a hacer lo que Dios me ha llamado, mañana, mañana, mañana... Pero desgraciadamente se nos olvida una cosa muy importante: UN DÍA SE NOS ACABARÁN NUESTROS MAÑANAS 
Entonces, ¿Qué tengo que hacer antes de que se me acaben mis mañanas? 
I) LO PRIMERO: TENGO QUE ASEGURAR HOY MI DESTINO ETERNO POR MEDIO DE LA SALVACIÓN (2 CORINTIOS 6:1-2). 
Hoy es el día de la salvación, no es mañana. No lo pensemos tanto, como muchas personas responden cuando se les habla del plan de salvación: Lo voy a pensar… pero ¿qué van a pensar si es cuestión de vida o muerte?  La salvación de nuestra alma no es algo que podamos dejar para mañana. En la escritura se nos dice que el día de salvación es hoy, no mañana (Hebreos 4:7). 
Seamos sabios como los hombres de Nínive (Jonás 3:4-8), arrepintámonos hoy y reconozcamos a Jesús como nuestro Salvador hoy, porque no sabemos si hoy es nuestro día y mañana será muy tarde.  
II) SEGUNDO: TENGO QUE DARLE MÁS IMPORTANCIA A LAS PERSONAS QUE A LAS COSAS (LUCAS 12:15). 
Tenemos que tener claro algo muy importante: Las personas se aman y las cosas se usan. Pero lamentablemente, en la actualidad muchos de nosotros vivimos al revés: Amamos las cosas y utilizamos a las personas; las utilizamos para nuestra conveniencia, cuando nos sentimos tristes, cuando nos sentimos solos, cuando estamos preocupados, cuando necesitamos ayuda... 
En Lucas 12:15 encontramos una palabra clave POSEER, a la que le estamos dando gran importancia; TENER, tener dinero, tener fama, tener mejores trabajos, tener mejores salarios, tener mejores vehículos, tener la casa más grande, etc. Y por eso descuidamos por completo y no le damos importancia al SER; ser mejor padre, ser mejor esposo, ser mejor hijo, ser mejor hijo de Dios, ser mejor cristiano. Eso es lo que verdaderamente tiene valor, es lo realmente importante para nuestra familia, para nuestro matrimonio, para nuestros hijos y para el Reino de Dios.  
Desgraciadamente, nuestro HOY lo estamos dedicando al TENER porque pensamos que MAÑANA podremos SER... Pero no debemos olvidar que un día nuestros mañanas se acabarán, y lo que verdaderamente marcará la diferencia en la vida de las personas que nos aman, no es lo que tuvimos sino lo que fuimos. 
III) NO TENGO QUE DEJAR PARA MAÑANA LO QUE PUEDO HACER HOY.
Cuántas veces hemos dicho “mañana lo hago”, porque estamos seguros de que siempre habrá un mañana para poder hacerlo. Y así vamos llenando nuestra vida de “cosas que debo hacer mañana”; pero ¿por qué no comenzamos a hacerlas hoy? 
Si vamos a ayudar a alguien, ¿por qué esperar a mañana si hoy tenemos lo que esa persona necesita? (Proverbios 3:28). Muchas veces con el fin de sentirnos importantes, para, según nosotros, darle una lección a esa persona, dejamos para mañana la ayuda que hoy necesita.
¡Pues no! Si tenemos conflictos con alguien, arreglémoslo hoy, hablemos hoy, pongámonos de acuerdo hoy. ¿Para qué vamos a seguir otro día más pleiteando?, ¿para que vamos a seguir otro día más enojados? (Lucas 12:58)
Si hemos ofendido a alguien, pidámosle perdón hoy, hablemos hoy, quitémonos nuestra soberbia y reconozcamos nuestro error. ¿Por qué vamos a esperar más tiempo en sanar una herida en el corazón de nuestro prójimo? (Mateo 5:23.24)
Si Dios ha puesto en nosotros sueños, metas y proyectos, ¿qué está esperando? Que demos HOY UN PASO DE FE (Mateo 14:27-31).
CONCLUSIÓN: No sabemos cuando se nos terminan nuestros mañanas. Por eso hoy tenemos que vivir agradecidos, llenos de fe, de esperanza, valorando a nuestra familia, y confiando que hoy Dios está con nosotros y con Él somos MÁS QUE VENCEDORES. Romanos 8:37

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