¨El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos.¨
Juan 13:35 (Nueva Traducción Viviente).
La vida gira en torno a dar o entregar algo, y el vivo ejemplo de ello es nuestro Dios, quien creó y fundó todo; desde entonces empezó la cadena de dar, pues Él es quien nos ha dado TODO lo que existe. Todo es todo y eso incluye a su hijo Jesús, que como sabemos murió por cada uno de nosotros para que seamos salvos.
La razón de ser es el amor, pues quien no ama no es capaz de sacrificar nada por la otra persona, y esta fue la prueba de amor máxima que puede existir en esta tierra.
Amar significa morir, aunque suene raro, pero no la muerte natural, pues eso ya lo hizo Jesús, sino hacer morir muchas cosas a nivel personal, espiritual, emocional o físico. ¨Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno.¨ Colosenses 3: 8-10
Cuando decidimos amar a Dios, morimos al mundo y a sus deseos, al pecado, a la maldad, al odio. Morimos a nuestro propio yo para que sea Jesús quien viva en nosotros. Porque Él nos prometió vida, y en abundancia, y fuera de Cristo no la podemos hallar ¨Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.¨ Filipenses 1:21 (Reina-Valera 1960). Si aun nos deleitamos en la cosas que no agradan a Dios, no lo estamos amando como Él se merece y como debería ser.
Ahora bien, lo mismo sucede cuando decidimos unir nuestras vidas a una pareja, pues en el momento de dar el sí, significa que has muerto para remirar y codiciar a otra persona que no sea tu pareja; mueres a la infidelidad, a los celos, al egoísmo, al coqueteo. Ya no piensas solo en ti sino en la persona que te acompañará por el resto de tus días.
No se puede amar plenamente si aun queda en nosotros rencor, odio y resentimiento, no se puede amar a Dios si aun amamos el pecado, como tampoco se puede amar a otra persona si aun amas a tu ex. Si quieres amar a Dios y amar tu nueva vida en Él, muere a lo que eras antes, no te deleites en las cosas pasadas. ¨Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría.¨ Colosenses 3:5 (Reina-Valera 1960).
En el caso de Pedro, que fue un gran servidor del Señor, antes de que fuera plenamente usado por Dios, pasó por una prueba engorrosa; él era muy atrevido, tanto que negó a Jesús. Parece que Pedro no lo había entregado todo como había dicho. En ese momento amaba más su vida que a Jesús, se sintió más refugiado en el temor que en el verdadero amor y confianza que Jesús profesaba.
¿Pero por qué no puedo ir ahora, Señor? le preguntó. Estoy dispuesto a morir por ti. ¿Morir por mí? Le contestó Jesús. Pedro, te digo la verdad, mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces.¨ Juan 13:37-38 (Nueva Traducción Viviente).
La palabra dice que en el amor no debe haber temor. ¿Si Jesús nos hiciera la misma pregunta seríamos capaz de morir por Él? Analiza lo que persigues en la vida, analiza tus actitudes y lo que estás haciendo, colócalo todo en una balanza y lo que pese más, es lo que estás amando. ¨Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia¨ Colosenses 3:12 (Reina-Valera 1960).
Amemos con hechos y no con palabras, amemos porque lo sentimos verdaderamente.
¨Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.¨
Colosenses 3:14 (Reina-Valera 1960).
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