La vida es como un libro donde poco a poco se van trazando las historias y aprendizajes. Donde hay capítulos buenos y otros malos. Donde los personajes aparecen para darnos alegrías o desilusiones. Donde hay drama, acción o ficción. Donde Dios habla o calla. Donde hay soledad o compañía. Donde Dios va moldeando nuestras vidas.
Cada decisión que tomamos se va escribiendo en nuestra historia. Decidimos darles la oportunidad a personas de formar parte de nuestra vida, y a veces nos gustaría que los personajes desaparecieran o que actuaran de cierta forma, sin embargo hay un Escritor Principal, Dios. ¿Qué hemos escrito en estos días? ¿Hemos permitido que Dios escriba la historia? o ¿queremos agregar puntos suspensivos a lo que Él ya decidió ponerle punto final?
Dios, como el Escritor Principal, escogió a nuestros padres, nuestra nacionalidad, nuestro idioma, y nuestro temperamento entre otras cosas. Él sabía que con ese entorno lo conoceríamos. Nada es por casualidad, todo lo ha trazado con un propósito. Quizás a veces no lo logremos comprender, pero debemos tener la seguridad de que Él sabe el porqué de cada situación. Él sabe el final de cada capítulo, la enseñanza que desea que aprendamos.
Hay sucesos que han acontecido que no nos gusta recordar, sin embargo nos ha formado en carácter. Todo lo hizo para llevarnos a esa madurez que espera. Por ejemplo, la muerte de un familiar es dolorosa pero sabemos que Dios no se equivoca, que todo es parte de su plan. Tampoco nos gusta recordar los momentos de soledad cuando los amigos se van o nos defraudan, y tampoco las consecuencias de nuestras malas decisiones. Dios puede escribir un nuevo capítulo en nuestras vidas. ¿Verdad?
También solemos tener capítulos inconclusos, en los que agregamos puntos suspensivos y no pusimos punto final, como por ejemplo no haber perdonado a ciertas personas que nos dañaron, ya sea un amigo o nuestros propios padres. Quizás un amor imposible que nunca fue verdadero, pero que dejó huella en nuestras vidas y nunca lo hemos logrado superar a pesar de tantos años.
Dios como el Escritor Principal, quiere escribir un nuevo capítulo en nuestras vidas. No importan los capítulos anteriores, pues Dios hoy nos da la oportunidad de volver a empezar. Quiere darle esa alegría que le hace falta a nuestra libro. Esos momentos especiales donde Él se revelará y nos enamorará. Momentos que no nos imaginamos pero que Él tiene planeados.
En el capítulo 29 del libro de Jeremías, vemos como el pueblo de Israel recibió una promesa de parte de Dios, aun estando ellos en cautividad. Dios les aseguraba que Él tenía planes de bienestar y no de mal. Imaginemos como sería recibir esa promesa estando en cautiverio. Definitivamente necesitamos renovar nuestros pensamientos para comprender que Dios permite ciertas situaciones con un objetivo eterno.
Yo quiero que Dios escriba un nuevo capítulo en mi vida, dejar mis prejuicios o dudas, y caminar con el Escritor Principal “Dios”. ¿Tú se lo permitirás? ¿Estás dispuesto a cambiar y no tener temor de aceptar el plan de Dios? ¿Pondrás acción en que su propósito se haga una realidad en tu vida? ¿Se despertará ese sueño que Dios ha puesto en tu corazón? ¿Tomarás el reto?
“Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!”
Isaías 55:8 NVI
“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.”
Jeremías 29:11 DHH
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