miércoles, 7 de agosto de 2019

Nunca es demasiado tarde

Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. Marcos 5;36.
Durante los agitados momentos posteriores a su ataque al corazón, mi suegra tuvo la ventura de recibir atención médica inmediata. Más tarde, el médico me dijo que el tratamiento dentro de los 15 minutos posteriores al ataque logra un 33% de supervivencia en pacientes críticos, y que solo el 5% sobrevive si es tratado después de ese lapso.
De camino a casa de Jairo, para tratar a su hija gravemente enferma (quien indudablemente necesitaba asistencia médica inmediata), Jesús hizo lo impensable: se detuvo (Marcos 5:30). Lo hizo para identificar a quién lo había tocado, y habló amablemente con aquella mujer. Es de imaginar lo que estaba pensando Jairo: No hay tiempo para esto. ¡Mi hija se está muriendo! Entonces, su mayor temor se hizo realidad… al parecer, Jesús se retrasó demasiado y su hija murió (verso 35).
Pero Jesús se dirigió a Jairo con una palabra de aliento: «No temas, cree solamente» (verso 36). Sin prestar atención a los que se burlaban de Él, le habló a la niña, ¡y esta volvió a vivir! Así reveló que nunca llega tarde. El tiempo no puede limitar lo que Él es capaz de hacer cuando decide hacerlo.

¿Cuántas veces nos sentimos como Jairo, pensando que Dios se retrasó en cumplir lo que esperábamos? Pero para Él el retraso no existe… nunca llega tarde para actuar para nuestro bien. 

Señor, ayúdame a recordar que eres soberano aún del tiempo.
¿Cómo has experimentado recientemente el horario de Dios? ¿Por qué es vital que descanses en la soberanía de Dios, reconociendo que sus planes son lo mejor?

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