Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, lo bendije y lo multipliqué. (Isaías 51:2).
¿Por qué pide Dios que miremos a Abraham? ¿Qué es lo que nos quiere mostrar? ¿Si no fuese importante, para qué mirarlo?
Lo que Dios quiere mostrarnos es hasta qué punto llegó Abraham con su obediencia, dando a Dios algo que no le daría a nadie debido a su valor e importancia: su propio hijo. Algo insustituible.
Dios muestra a un hombre llegando al límite de su fe y Él, a punto de hacer un juramento, se pone como garantía. (Génesis 22:16).
Si una persona ve lo que hizo Abraham y hace lo mismo, Dios hará en su vida lo que hizo en la vida de Abraham. La grandeza de la fe de Abraham está en la obediencia.
Existen los que creen y los que no creen. ¿A quién mirar? LOS QUE CREEN MIRAN A ABRAHAM.
¿Usted cree que Dios puede cambiar la situación terrible que vive en la familia, en el amor, la salud o en su vida económica? Entonces, use su Isaac y pruebe a Dios. Y en el altar usted podrá decir: “¡Dios, el Señor, ya me está debiendo porque yo también llegué al límite de mi fe!” Y como Dios no puede deberle nada a nadie, ¡VA A TENER QUE SER UN ÉXITO ROTUNDO!
La fe de Abraham
- Humanamente hablando, Abraham fue el fundador de la nación judía. ¿Qué descubrió él acerca de llegar a ser justo ante Dios? 2 Que si sus buenas acciones le hubieran servido para que Dios lo aceptara, habría tenido de qué jactarse; pero esa no era la forma de actuar de Dios. 3 Pues las Escrituras nos dicen: «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe».4 Cuando la gente trabaja, el salario que recibe no es un regalo sino algo que se ha ganado; 5 pero la gente no es considerada justa por sus acciones sino por su fe en Dios, quien perdona a los pecadores. 6 David también habló de lo mismo cuando describió la felicidad de los que son declarados justos sin hacer esfuerzos para lograrlo:7 «Oh, qué alegría para aquellos
a quienes se les perdona la desobediencia,
a quienes se les cubren los pecados.
8 Sí, qué alegría para aquellos
a quienes el Señor les borró el pecado de su cuenta».9 Ahora bien, ¿es esta bendición solamente para los judíos o es también para los gentiles incircuncisos? Como venimos diciendo, Dios consideró a Abraham justo debido a su fe. 10 ¿Pero cómo sucedió esto? ¿Se le consideró justo solo después de ser circuncidado o fue antes? Es evidente que Dios aceptó a Abraham antes de que fuera circuncidado.11 La circuncisión era una señal de que Abraham ya tenía fe en Dios, de que Dios ya lo había aceptado y declarado justo aun antes de que fuera circuncidado. Por lo tanto, Abraham es el padre espiritual de los que tienen fe mas no han sido circuncidados. A estos se les considera justos debido a su fe. 12 Y Abraham también es el padre espiritual de los que han sido circuncidados, pero solo si tienen la misma clase de fe que tenía Abraham antes de ser circuncidado.13 Obviamente, la promesa que Dios hizo de dar toda la tierra a Abraham y a sus descendientes no se basaba en la obediencia de Abraham a la ley sino en una relación correcta con Dios, la cual viene por la fe. 14 Si la promesa de Dios es solo para los que obedecen la ley, entonces la fe no hace falta y la promesa no tiene sentido. 15 Pues la ley siempre lleva castigo para los que tratan de obedecerla pero no lo hacen. (¡La única forma de no violar la ley es no tener ninguna ley para violar!).16 Así que la promesa se recibe por medio de la fe. Es un regalo inmerecido. Y, vivamos o no de acuerdo con la ley de Moisés, todos estamos seguros de recibir esta promesa si tenemos una fe como la de Abraham, quien es el padre de todos los que creen. 17 A eso se refieren las Escrituras cuando citan lo que Dios le dijo: «Te hice padre de muchas naciones». Eso sucedió porque Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y crea cosas nuevas de la nada.18 Aun cuando no había motivos para tener esperanza, Abraham siguió teniendo esperanza porque había creído en que llegaría a ser el padre de muchas naciones. Pues Dios le había dicho: «Esa es la cantidad de descendientes que tendrás». 19 Y la fe de Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos cien años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el vientre de Sara.20 Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios. 21 Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete. 22 Y, debido a su fe, Dios lo consideró justo. 23 Y el hecho de que Dios lo considerara justo no fue solo para beneficio de Abraham, sino que quedó escrito 24 también para nuestro beneficio, porque nos asegura que Dios nos considerará justos a nosotros también si creemos en Él, quien levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor. 25 Él fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados, y resucitado para hacernos justos a los ojos de Dios.
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