lunes, 15 de abril de 2019

La sabiduría de Dios

¨Como dicen las Escrituras: Destruiré la sabiduría de los sabios y desecharé la inteligencia de los inteligentes. Así que, ¿dónde deja eso a los filósofos, a los estudiosos y a los especialistas en debates de este mundo? Dios ha hecho que la sabiduría de este mundo parezca una ridiculez. 1 Corintios 1:19-20 (Nueva Traducción Viviente).
Importante es no pensar que lo sabemos todo en esta vida, pues el único que lo sabe todo es Dios, y no podemos compararnos con Él. Pero en la actualidad, abundan las personas que creen que lo saben todo; un ejemplo de ello sería la mayoría de científicos que le buscan un porqué, un sentido, un origen a las cosas, a pesar de tener respuestas a todas ellas en la Biblia. Hay muchas personas que buscan explicaciones en cosas tan complejas..., se enredan la vida, pues les cuesta creer que la respuesta está en Dios y lo que ha hecho por amor a nosotros, enviando a su hijo a morir en una cruz.
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¨Ya que Dios, en su sabiduría se aseguró de que el mundo nunca lo conociera por medio de la sabiduría humana, usó nuestra predicación ¨ridícula¨ para salvar a los que creen. Es ridícula para los judíos, que piden señales del cielo. Y es ridícula para los griegos, que buscan la sabiduría humana. Entonces cuando predicamos que Cristo fue crucificado, los judíos se ofenden y los gentiles dicen que son puras tonterías. 1 Corintios 1: 21-23 (Nueva Traducción Viviente).
¿Acaso hay algo que esté ocurriendo en el mundo que no esté escrito en la biblia? Pues claro que todo está escrito; lo podemos ver en los últimos acontecimientos que hacen referencia a las señales antes del fin, (guerras, terremotos, calentamiento global, etc.). Muchas preguntas no tienen respuestas, hay muchas cosas que no tienen explicación o que por lo menos no las alcanzamos a saber, y esto no pone en duda todo lo que Dios ha hecho, simplemente es porque obviamos muchas cosas y no investigamos en su palabra: ¨las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. Deuteronomio 29:29 (Reina-Valera 1960).
Así que no nos mortifiquemos queriendo saberlo todo, ni cuestionando a Dios y todo lo que existe, como es el caso de muchos científicos que no creen en Dios, pues por esto mismo nunca nos darán una respuesta certera, ni llegarán a la verdad de la cual Dios es el promotor y dueño, a menos que crean de corazón en Él. Así de simple, las cosas secretas solo las sabe Dios y lo que revela es para los que verdaderamente son sus hijos.
No confiar en la sabiduría humana es otro de los grandes consejos que nos da Pablo, y que también menciona David en uno de sus salmos; el conocimiento que tenemos usémoslo de manera sencilla y humilde (1 Corintios 2: 4-5). A los que creen en la obra redentora de Jesús y tienen comunión íntima con Él, les son reveladas muchas cosas por medio del Espíritu Santo, que conoce los pensamientos de Dios.
¨Pero fue a nosotros a quienes Dios reveló esas cosas por medio de su Espíritu. Pues su Espíritu investiga todo a fondo y nos muestra los secretos profundos de Dios. Nadie puede conocer los pensamientos de una persona excepto el propio espíritu de esa persona y nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios. Y nosotros hemos recibido el Espíritu de Dios (no el espíritu del mundo), de manera que podemos conocer las cosas maravillosas que Dios nos ha regalado.¨ 1 Corintios 2:10-12 (Nueva Traducción Viviente).
Los que no andan en el espíritu o no son espirituales, todas estas cosas les parecen locura, no pueden entenderlas, pues no tienen al Espíritu Santo quien da el discernimiento, sabiduría y entendimiento. La verdad nos hará libres, pero no la verdad que el mundo quiere que creamos, sino la verdad por la cual murió Cristo, verdad que solo Dios nos da a conocer. Creamos en lo que dice Dios y su palabra, pues lo que no esté escrito en ella, simplemente no es, no lo creas, pero es importante que busques la revelación divina, con mucha prudencia, humildad, respeto y sin ociosidad o curiosidad.
¨Pues ¿Quién puede conocer los pensamientos del Señor? ¿Quién sabe lo suficiente para enseñarle a él? Pero nosotros entendemos estas cosas porque tenemos la mente de Cristo.”
1 Corintios  2:16 (Nueva Traducción Viviente)

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