jueves, 28 de marzo de 2019

El árbol del conocimiento

Y ordenó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás. Génesis 2:16-17
Dios nos ama, y todo lo que hizo lo pensó por nosotros. De todo podríamos disfrutar, de todos los árboles podríamos comer; y solamente nos puso una condición:
“del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás”
Es decir, no decidirás por ti mismo lo que está bien o mal, según te parezca. Por eso nos deja en La Biblia Su Palabra, ahí queda escrito lo que Dios dice que está bien o mal, lo que trae bendición o maldición, vida o muerte.
Dios sabía que en el momento en que nosotros empezáramos a decidir por cuenta propia lo que está bien y está mal, moriríamos, moriríamos espiritualmente rompiendo nuestra relación con El Todopoderoso.
Esa Palabra que Dios dio a Adán y Eva hace como seis mil años, sigue estando vigente hasta el día de hoy… así como la misma serpiente tentándonos para que desobedezcamos a Dios.
Leamos con atención…
Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: “No comeréis de ningún árbol del huerto”? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.” Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis. Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del malGénesis 3:1-5
Esa misma palabra que la serpiente, el diablo, le dijo a Eva, es la misma palabra que recibimos hoy a través de cientos de filosofías y corrientes de espiritualidad que nos hacen dudar de la Palabra de Dios (¿Conque Dios os ha dicho…),  y desean enseñarnos que es en nosotros y en nadie más en donde debemos poner nuestra confianza.  ¡Cuidado!, cualquier corriente que pretenda enseñarte que la luz o la iluminación viene de ti, y te incita a creer que serás como Dios… viene del mismo diablo, cuyo principal objetivo es que mueras espiritualmente y desea apartarte de Dios.
El diablo tiene un propósito claro: viene a matar, robar y destruir; es el príncipe de este mundo, el engañador y padre de la mentira.
Volviendo al pasaje bíblico, el resto de la historia ya la sabemos; Eva le cree a la serpiente, desobedece a Dios, incita a Adán a pecar y desde entonces, tanto Adán como Eva pierden su relación con Él.
Ya estamos advertidos, no debemos decidir por nosotros mismos lo que está bien o mal, según nuestro propio criterio o según las doctrinas falsas de la cuales aprendemos; es Dios en Su Palabra, la Biblia, quien ya ha establecido lo que está bien y está mal, cómo fue creado el mundo y cómo será el fin, de dónde venimos y a dónde vamos, y cuál es el propósito para el que nos creó.
No te dejes engañar por la serpiente creyendo como mejor te parezca o según corrientes espirituales o filosofías de moda que niegan y contradicen la Palabra de Dios.
Sé sabio y créele a Dios y no a la serpiente, disfruta de todo… y recuerda, menos del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Prueba los espíritus de las personas que te seducen para saber si verdaderamente son o no de Dios, ya que no todo lo espiritual proviene de Dios.
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios. Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo. 1 Juan 4:1-3
Si la persona que te seduce a cualquier corriente espiritual, no puede confesar que Dios mismo ha venido en carne, como Hijo en la persona de Jesús para Salvarnos, y es Señor y Rey… esa persona aún no ha nacido de nuevo, sigue en tinieblas sin saber hacia dónde va y aún no ha recibido el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo. No le creas y no comas del fruto que te ofrece.
Sé sabio y come del árbol de la Vida, de Jesucristo, de la Palabra de Dios; lee tu Biblia.
Que Dios, en el nombre de Jesús, te bendiga abundantemente, y ponga un deseo ardiente en ti de conocerlo más, que seas lleno del Espíritu Santo para que puedas recibir y ser guiado a la Palabra de Verdad: Lámpara a tus pies y luz a tu camino.

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