miércoles, 30 de enero de 2019

Jesús, yo confío en ti

¿Qué estás pasando en este momento? Puede que te sientas sin fuerzas, que no tengas esperanza, que no encuentres salida y pienses que lo que estás viviendo no es tan fácil de superar. En ocasiones nos sentimos totalmente desolados y lo que hay a nuestro alrededor parece hundirnos más en ese estado de desesperación, de angustia y de ansiedad. Pues, ¿sabes qué? Que no importa lo que estás pasando, no importa lo grande que es el pantano en el que te estás hundiendo, pues el Señor no te desamparará. Él pronto estirará su mano y te ayudará a salir del fango en el que te encuentras.
Así que pongan sus preocupaciones en las manos de Dios, pues Él tiene cuidado de ustedes. 1 Pedro 5:7 (Traducción en Lenguaje Actual).
Algo que nos debe alentar en cada situación difícil que atravesemos, es que cuanto más difícil parezca, para el Señor es mucho mejor, pues su nombre será mayormente glorificado; pensemos bien, cómo podría el Señor hacer milagros en nuestra vida si no existieran las crisis; si realmente estuviéramos bien y ocurrieran los milagros, estos no los llegaríamos a notar, porque cuando todo está en calma, nosotros estamos tranquilos, y entonces el nombre de Jesús no se glorifica; pero cuando estamos en crisis y todo empieza a oscurecer, de repente llega Él con su luz, de la nada, y resplandece todo. Alegra saber que no estamos solos, nos llena de satisfacción saber que en Él estamos seguros, que Él no va a fallarnos porque no es como nosotros, que sus ojos siempre nos están mirando y que su mano victoriosa siempre está dispuesta a salvarnos.
No olvidemos que Jesús entregó su vida por nosotros, Él pagó el precio por nuestros pecados y nuestras necesidades; para Él no hay absolutamente nada imposible, y todo esto que estás atravesando y que te duele, con toda seguridad obrará para tu bien y al final verás la luz del Señor brillar en tu vida e iluminar todo lo que es parte de ti. Él es fiel, Él cumple sus promesas; toma su palabra, come del pan de vida que es Jesús y confía plenamente en que tu vida está en sus manos. Él no fracasará contigo, Él te llevará a lo alto, y en lo alto tú le darás la gloria porque grandes maravillas hará Él con la situación que estás viviendo.
Si te encuentras en un pantano, no te angusties, en cualquier momento llegará su mano a rescatarte, en cualquier momento Él aparecerá y te sorprenderá; es más, Él nunca se ha ido de tu lado, está pendiente de ti. No dudes de Él, confía en su amor y en su fidelidad. Dile gracias, dile te amo, dile Jesús yo confío en ti y sé que todo lo que estoy viviendo será para glorificar tu Santo Nombre.
No olvides que la palabra de Dios es infalible, pues si así no fuera se negaría a sí mismo y no sería Dios; pero esto nunca va a pasar porque Él es Dios, nuestro único Dios, el Todopoderoso, Bueno, Justo y Misericordioso. Dios cumple fielmente sus promesas; tú solo espera en Él; no es fácil pero es lo más seguro que tienes; tu garantía son sus promesas.
Pero una cosa quiero tener presente y poner en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en Él confío! El Señor es bueno con los que en Él confían, con los que a Él recurren. Es mejor esperar en silencio a que el Señor nos ayude.
Lamentaciones 3:21-26 (Dios Habla Hoy).

En las buenas y en las malas dile: 

“Jesús, yo confío en ti”

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