domingo, 9 de septiembre de 2018

Frutos de Provecho

“No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno.”
Lucas 6:43 (Biblia Textual)
Cuando era niño, en las calles céntricas de mi ciudad podían verse árboles de color casi naranja; se cargaban de frutas pero nadie las aprovechaba, ni siquiera los pájaros, claro, porque al principio eran árboles de “naranja agria”; precisamente por eso sabíamos que eran de esa clase, porque los pájaros no se acercaban a comerlas. Era un espectáculo muy lindo para la vista pero, cuando se pasaban de maduras, muchas caían y despedían mal olor atrayendo moscas entre otros insectos. El municipio se encargaba de cortar los frutos pero al año siguiente daban nuevamente frutos agrios.
Resultado de imagen de Frutos de ProvechoDice la biblia: “El hombre bueno, del tesoro bueno del corazón saca lo bueno, y el malvado, del malo saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla su boca.” Lucas 6:45 (BTX)
Jesús nos recuerda que nuestro hablar y nuestras acciones revelan nuestra creencia, actitudes y motivaciones. Las buenas impresiones que tratamos de dar no duran si nuestros corazones son engañosos. Lo que está en su corazón se reflejará en su vocabulario y conducta.
Cuando la biblia habla del corazón no habla precisamente del órgano que bombea sangre, sino de nuestra mente; ésta se mueve por palabras y divulga de lo que en él abunda. Por eso es necesario centrar nuestra fe en el Señorío de Jesucristo. Si estamos llenos de pensamientos de bien, nuestras acciones serán de bien. Equivale a decir que lo que hay que cambiar es la raíz, lo que nos alimenta espiritualmente, pues de lo contrario solo estaremos “cortando” los frutos y, al año siguiente daremos nuevos frutos pero volverán a ser “agrios”. El secreto para dar buenos frutos y ser prosperados está en las escrituras.
Para prosperar, la biblia nos dice:
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
sino que en la ley de Jehová está su delicia,
y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo,
y su hoja no cae;
y todo lo que hace, prosperará. Salmo 1:1-3 (Reina Valera)

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