domingo, 9 de septiembre de 2018

Palabra mal enseñada, ... palabra mal practicada

¨Un poco de levadura fermenta toda la masa¨.
Gálatas 5:9 (NVI)
Los que decimos llamarnos hijos de Dios estamos comprometidos a predicar su palabra de manera correcta y clara, tal como es. ¨Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón¨. Hebreos 4:12 (RVR1960).
La palabra está para cumplir el propósito por el cual Dios la creó, no para simplemente tener una iglesia llena de personas que la ponen en práctica a su manera y no a la manera de Dios.
mal practicada
En 1 corintios capitulo 5, el Apóstol Pablo habla acerca de la fornicación y las consecuencias que puede traer a nuestra vida. Pablo era el vivo ejemplo de predicar la palabra como debe ser, gustara o no a la gente, aunque eso significara ser rechazado.
Precisamente dice Dios que Él no puede ser burlado, que lo que cada uno siembra o hace es lo que va a cosechar. De nada nos sirve tratar de ocultar o disimular la palabra, queriendo con esto intentar agradar a las personas. Cada día se han ido perdiendo las personas que predicaban como lo hacía Juan el bautista, a quien no le importaba lo que pensaran los demás, su meta era siempre agradar a Dios y dar a conocer a los otros la verdad de su palabra, por muy dura que les pareciera.
La palabra de Dios es una verdad que necesita ser revelada a las personas sin tapujos, sin inhibiciones, porque de este modo se generará el efecto liberador que tiene en nuestras vidas. ¨Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.¨ Juan 8:32 (RVR1960).
Un pequeño pensamiento puede dañar nuestro cuerpo, una opinión negativa o mal intencionada en un grupo puede dañar el corazón a los demás; por una sola vez que caigas en un pecado, éste trae condenación y atadura a todo tu cuerpo y a tu vida. Necesitamos ser limpiados de las cosas viejas que hay en nosotros y ser nuevas criaturas, necesitamos ser descontaminados, quitar de nosotros la maldad, la levadura, la perversidad... Debemos ser panes sin levadura, (santos, sinceros, andando en la verdad), andando según las escrituras.

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