viernes, 23 de noviembre de 2018

¿Cómo puedo saber si algo es pecado? - ¿Son todos los pecados iguales ante Dios?

Hay dos puntos incluidos en esta primera pregunta. 
(1) Hay cosas que la Biblia menciona y declara específicamente como pecado. Ejemplos de estas listas se encuentran en: Proverbios 6:16-19Gálatas 5:19-211 Corintios 6:9-10. No hay duda de que las Escrituras presentan estas actividades como pecaminosas, cosas que Dios no aprueba. Homicidio, adulterio, mentira, robo, etc. –indudablemente la Biblia presenta tales cosas como pecados. 
Resultado de imagen de ¿Cómo puedo saber si algo es un pecado?(2) El punto más difícil está en determinar lo que es pecado en áreas en las que la Biblia no lo señala específicamente. Cuando la Biblia no cubre un tema determinado, tenemos algunos principios generales en Su Palabra para guiarnos.

(a) Cuando no existe una referencia específica en las Escrituras es bueno preguntarse no si cierta cosa está mal, sino más bien si se puede valorar como buena. La Biblia dice, por ejemplo,
Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo.” (Colosenses 4:5). Nuestros pocos días aquí en la tierra son tan cortos y preciosos en relación con la eternidad, que nunca debemos desperdiciar el tiempo en cosas egoístas y sin valor, sino usarlo solo en lo que “sea bueno para la necesaria edificación” (Efesios 4:29).

(b) Una buena prueba es determinar si podemos honestamente y con buena conciencia, pedirle a Dios que bendiga y utilice esa actividad en particular para Sus propios buenos propósitos. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Si existe duda en que complazca o no a Dios, entonces lo mejor es dejarlo. “....todo lo que no proviene de fe, es pecado.” (Romanos 14:23).


(c) Debemos recordar que nuestros cuerpos, así como nuestras almas, han sido redimidos y le pertenecen a Dios. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu los cuales son de Dios.” (1 Corintios 6:19-20). Esta gran verdad debe ser un verdadero soporte para todo lo que hagamos o donde vayamos con nuestros cuerpos.

(d) Debemos evaluar nuestras acciones no solo en relación a su efecto a Dios, sino también en relación a su efecto en nuestra familia, nuestros amigos y otra gente en general. Aunque alguna cosa en particular no nos lastime personalmente, si tiene influencias o efectos dañinos para alguien más, está mal. “Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.” “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.” (Romanos 14:2115:1).

(e) Finalmente recuerda, que Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, y no debemos permitir que ninguna otra cosa tenga prioridad por encima de nuestra conformidad a Su voluntad. Tampoco debemos permitir que ningún hábito o recreación ejerzan un excesivo control sobre nuestras vidas – Cristo solo tiene la autoridad. “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar por ninguna.” (1 Corintios 6:12) “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él” (Colosenses 3:17).


¿Son todos los pecados iguales ante Dios?

En Mateo 5:21-28, Jesús equipara el cometer adulterio con tener lujuria en su corazón, y cometer homicidio con tener odio en su corazón. Sin embargo, esto no significa que los pecados sean iguales. Lo que Jesús estaba tratando de hacer entender a los fariseos, era que es pecado tanto el pensar acerca de, como el querer realizar un hecho. Los líderes religiosos de los días de Jesús enseñaban a la gente que no era malo pensar acerca de cualquier cosa que quisieras, mientras no llevaras a cabo con hechos ese deseo. Pero Jesús proclamó que nuestras acciones son el resultado de lo que hay en nuestros corazones (Mateo 12:34).

Así pues, aunque Jesús dijo que tanto la lujuria como el adulterio son pecados, esto no significa que sean iguales. Es mucho peor matar a una persona que simplemente odiarla, aun cuando a los ojos de Dios ambos son pecados. Existen grados de pecado. Algunos pecados son peores que otros. Pero al mismo tiempo, y considerándolos ante las consecuencias eternas y la salvación, todos los pecados tienen la misma consecuencia. Todos y cada uno de los pecados conducen a la condenación eterna (Romanos 6:23). Todos los pecados, sin importar cuán “pequeños” sean, son contra un infinito y eterno Dios, y por eso son merecedores de un castigo infinito y eterno. Aunque al mismo tiempo, no hay un pecado “tan grande” que Dios no pueda perdonar. Jesús murió para pagar el castigo por el pecado (1 Juan 2:2). Jesús murió por TODOS nuestros pecados (2 Corintios 5:21). ¿Son todos los pecados iguales ante Dios? Sí y no. ¿En severidad? No. ¿En castigo? Sí. ¿En que sean perdonables? Sí.

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