domingo, 17 de junio de 2018

Apuntes de la Gloria de Dios

"Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos" (Salmo 19:1).
Gloria de Dios¿Qué es la Gloria de Dios? Primeramente debemos expresar que es un reto casi imposible e inalcanzable que a criaturas creadas, y caídas, se les ocurra describir la Gloria del Creador. No obstante, en su gracia y amor, Dios perdona a los pecadores en este fallido intento de escribir apuntes sobre Su Gloria.

La Gloria de Dios es la belleza de Su Espíritu, es todo lo que emana de Su carácter y de todo lo que Él es. No tiene que ver quizás tanto con Su poder o Su fuerza sobrenatural, sino más bien con Su influencia y eterna presencia en toda Su creación.

La Gloria de Dios puede coronar a un hombre y llenar toda la tierra. (Salmo 57:11)

Mientras la gloria del hombre está asociada a tesoros materiales, siendo falible y pasajera, contrariamente la Gloria de Dios se manifiesta en el conjunto de todos Sus atributos, siendo eterna, nunca se desvanece.

En el Antiguo Testamento se observa que la Gloria de Dios está asociada a muerte y a juicio. Hay una condenación terrible en muchas de las historias del Antiguo Testamento.

Cristo en la cruzEn el A.T. notamos que La Gloria de Dios irremediablemente choca con la presencia del pecado de los mortales. La naturaleza pecaminosa de los hombres no puede ni acercarse al más mínimo destello de Su Gloria. Esta Gloria de Dios no acepta la infidelidad y la pecaminosidad del ser humano, e inmediatamente el resplandor de Su Gloria puede consumir a cualquiera de los pecadores.

Y no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Dios. (2da de Crónicas 5:14). El fuego de Dios es otra frase empleada en el A.T. para referirse a esta Gloria del viejo pacto.

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. (Gálatas 4:4-6).

En el Nuevo Testamento Su Gloria desciende, baja, se humana y decide habitar entre nosotros, los más impíos y pecadores. Jesucristo es la gloria de Dios, gracia encarnada, que mora y se desarrolla entre los hombres.

Deja su huella, muestra Su carácter, Su esencia, y es llevado por nosotros a la muerte y muerte de cruz, y allí la Gloria de Dios, aparentemente aplastada, exclama:

"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34).

Esta Gloria de Dios en el Nuevo Pacto está a favor nuestro. La Gloria de Dios que antes nos condenaba y mataba de manera irremediable, ahora nos abraza, nos recibe y nos salva.

¡Aleluya! Jesús ha venido a esta tierra para dejarnos Su Gloria y compartirla con nosotros.

Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. (Juan 1:17).


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