Miró sus manos resecas. Estaba sentada junto al fuego en aquellos pocos minutos con que ella cuenta diariamente para meditar y leer su Biblia. Esas manos envejecidas por el trajín diario le hicieron recordar sus “mejores tiempos”.
Aquellos días de vitalidad y belleza que el tiempo y las malas decisiones le habían arrebatado. Tiempos de vida abundante. Años atrás sus manos eran hermosas, pero también era hermosa su alma. Hoy,... todo había cambiado.
La aridez de sus malos días la estaba consumiendo. Sus manos no eran más que el reflejo en su realidad actual. Con amargura y apatía cerro su Biblia y no volvió a leerla.
¿Has tenido días parecidos a éste? ¿Días en los que añoras volver a tiempo atrás, volver a aquellos momentos de dicha, de vigor?
Son los tristes días de sequedad espiritual; ¡Todos los hemos tenido! Pero tus malos días no durarán para siempre, y tu sequedad ¡tampoco lo hará!
Solo un poquito más de resistencia y saca fuerzas de debilidad para poder clamar como lo hizo el rey David en el Salmo 63:
Mi alma tiene sed de ti.. Mi alma te anhela. Salmo 63;1
Su Palabra indica que seremos como árboles plantados junto a corrientes de agua. ¡Hay tanta vida esperándonos...!
Salmo 1:3 “Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará“.
¡Párate junto al Agua de Vida!
No olvides su invitación: “El que tenga sed, venga a mí y beba”
No te desalientes, la misma Fuente de Agua Viva te está invitando y hay suficiente agua para cambiar tu desierto en torrentes de aguas de Vida.
Puedes tomar de ella y rememorarás aquellos días en que el árbol de tu vida se irrigaba frondoso y fuerte junto a “aguas de vida y reposo”…¡Vamos! ¡Llénate de Agua Viva!
A veces caemos presa del viejo dicho…"todo tiempo pasado fue mejor”, pero eso nos impide ver el mañana… Y en tu mañana está esperando el experto en Vida… Él dará vigor a tus huesos y obrará en lo imposible.
Isaías 43:18 “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la tierra estéril“.
Abre tus brazos ahora y espera a recibir de la abundancia de aquel que es la “fuente de Agua viva”.
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