viernes, 6 de abril de 2018

La Presencia de Dios


“MI PRESENCIA TE ACOMPAÑARÁ Y TE DARÉ DESCANSO” (Éxodo 33:14)
Hay ciertas personas por las que sacamos fuerzas de flaqueza solo por estar con ellas. Su presencia y enfoque de la vida hacen que nos sintamos mejor. De la misma manera, cuando necesitamos ánimo y fuerza, debemos pasar tiempo con Dios. Apartar un tiempo para estar en su Presencia es como estar en una habitación llena de un perfume deleitoso. Si nos quedamos allí durante bastante tiempo, nos llevamos la “fragancia” cuando salimos. Está en nuestra ropa, en el cabello, y hasta en la misma piel.
la-presencia-de-Dios1Moisés era un hombre de oración. Pasó muchísimo tiempo en comunión con el Señor y hablando con Él. Sabía que sin la Presencia de Dios, él no valía ni un “céntimo”. ¿Te imaginas ser responsable del cuidado diario de dos millones de personas, de sacarlos de un país e introducirles en otro a pie? ¡Es una tarea abrumadora! Y por si fuera poco, muchos pasaban el tiempo quejándose de su “suerte” en la vida y buscando defectos en Moisés. Era la situación idónea para perder la serenidad. A pesar de eso, el Señor le dijo a Moisés: “mi Presencia te acompañará y te daré descanso” (Éxodo 33:14b).
Es decir: La Presencia de Dios puede darte paz en cada situación, incluso en un lugar de trabajo difícil o en un hogar constantemente convulsionado. Dios puede darte descanso en medio de la adversidad y paz en medio del conflicto, tanto si te encuentras en un ambiente laboral hostil o en un hogar donde reina la discordia. La presencia de Dios te ayudará a demostrar amor cuando seas agraviado, y paciencia en momentos de tensión. Te ayudará a que seas un agente de cambios positivos sin tener que decir muchas palabras, y acabarás sintiéndote satisfecho por la forma en que enfrentaste las situaciones. Por lo tanto, pasa tiempo en la presencia de Dios en este día.
Si no pasas tiempo en la presencia de Dios, en el fondo siempre vivirás con un sentimiento de inseguridad. Hay ciertas personas que nos inspiran seguridad; su presencia y la forma de afrontar la vida nos hacen sentir mejor. De la misma manera, cuando necesitas fortaleza y ánimo, tienes que pasar tiempo con el Señor.
“En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu
diestra para siempre” 
Salmos 16:11
¿Cómo puedo tener gozo en medio de las pruebas?, porque la vida está frecuentemente llena de estrés, conflictos y ansiedad que pueden llegar a robarnos el gozo. El gozo es uno de los frutos del Espíritu, por lo tanto, no es algo natural en mí sino la evidencia de la presencia de Dios y su control de mi vida.
en-tu-presencia-plenitud-de-gozoEl pecado roba nuestro gozo, por lo cual la confesión y el arrepentimiento nos restaura a una relación de comunión con el Señor (Salmos 51:1,2 y 1ª Juan 1:9).
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer… Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.” Juan 15:5-6, 10-11 
La permanencia en el Señor en una vida de comunión y el estar en Su presencia es la fuente del gozo, y es inagotable porque no depende de mí sino de Dios.
La felicidad es causada por las cosas que suceden a mí alrededor y las circunstancias pueden estropearlo, pero el gozo brilla a través de los problemas, es una luz en la oscuridad. El gozo es la sonrisa del alma, no afectada por las personas o circunstancias.
El verdadero cristianismo es inseparable del gozo profundo. La felicidad depende de los acontecimientos, pero el gozo depende de nuestra relación con Jesucristo.
“Estad siempre gozosos” 1ª Tesalonicenses 5:16

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