¿Estuviste alguna vez en un lugar donde necesitas realmente que alguien te ayude? Puede haber sido en un momento muy malo, como cuando tu coche se averió en el tráfico y alguien se detuvo para ayudar. O tal vez una necesidad menor, como quedarse sin dinero en la caja del supermercado y alguien paga lo justo que usted necesita para los comestibles.
Seguramente algunos de nosotros hemos necesitado la ayuda espiritual o emocional de otros, con oración y/o un abrazo. Y sin embargo… ¿no nos hemos preguntado en algún momento: ¿Dónde estaba Dios cuando más lo necesitaba? Miramos a nuestro alrededor por nuestra ayuda y no vemos absolutamente nada. Esto puede ser una prueba de nuestra fe en Dios.
Cuando el sirviente de Eliseo levantó la vista y vio que el ejército del rey sirio había rodeado su ciudad, perdió toda esperanza. Pero Eliseo oró: “Oh Jehová, abre sus ojos para que vea”. ”Entonces Jehová abrió los ojos del joven, y vio, y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo”. (2 Reyes 6:17)
No hace falta ver literalmente la ayuda del Señor. En cambio, podemos confiar por fe, en que Dios responderá a nuestros clamores de socorro. Él puede abrir nuestros ojos espirituales para ver Su ayuda cuando la necesitamos. Como resultado, podemos experimentar el gozo y el consuelo de Dios ayudándonos en nuestros momentos de mayor necesidad.
Nuestro Señor promete que nunca nos dejará y que no nos abandonará. Como resultado, sabemos que Él es siempre consciente de nuestras necesidades. Nuestra ayuda en todo lo que necesitamos viene de Dios si lo buscamos primero.
Amado Señor, sé que Tú eres un Dios todopoderoso y omnisciente. Te pido me ayudes. En el nombre de Jesús, amén.
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