miércoles, 3 de enero de 2018

¡Todo es de regalo!

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2;8-9
El Café Rendezvous, en Londres, tiene luces agradables, sillones cómodos y una atmósfera con aroma a café. Lo que no tiene son precios. Empezó como un negocio de una iglesia local, pero, al año, fue transformado. Los encargados sintieron que Dios estaba llamándolos a hacer un cambio radical: todo lo que ofrecideran en el menú sería gratis. Hoy puedes pedir café, tortas o sándwiches sin coste alguno. Ni siquiera hay un tarro para donaciones. Todo es de regalo.
Le pregunté al gerente por qué eran tan generosos. «Simplemente, estamos tratando a la gente como Dios nos trata a nosotros, dijo. Él nos da igualmente, ya sea que le agradezcamos o no. Es generoso con nosotros más allá de lo imaginable».
Jesús murió para rescatarnos de nuestro pecado y reconciliarnos con Dios. Resucitó y ahora vive. Debido a esto, todos nuestros errores pueden ser perdonados, y hoy podemos tener vida nueva (Efesios 2:1-5). Y una de las cosas más asombrosas es que todo es gratuito. No podemos comprar la vida eterna que Jesús ofrece. Ni siquiera podemos donar para pagarla. Es todo de regalo.

Cuando sirven tortas y cafés en el Café Rendezvous, esas personas están reflejando la generosidad de Dios. La vida eterna se nos ofrece a ti y a mí, a todos, porque Jesús pagó la cuenta.
Señor, quiero beber del agua de la vida gratuitamente.
La vida eterna es un regalo listo para ser recibido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario