lunes, 15 de enero de 2018

Atravesando el valle

“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; verán a Dios en Sión. Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; escucha, oh Dios de Jacob”.
Salmos 84:5 al 8
Tenga el nombre que tenga, llámese como se llame. Independientemente de la posición que posea, aunque parezca muy alta. Si te dijeron algo contrario a lo que sabes que Dios ha decretado para tu vida, no hagas caso. Si intentaron destruir tus sueños o sacarte de la carrera, respira y recuerda que ninguno de ellos ha hecho el sacrificio máximo por ti. Síguele creyendo a Aquel que cuando extendió sus brazos y murió en la cruz del Calvario, mencionaba tu nombre también, y entre lágrimas y dolor decía: TE AMO, lo estoy haciendo por ti.
Aunque todo por el momento parezca que está yendo en tu contra, Dios te socorrerá y te sacará del pozo de la desesperación más profundo. Si algunos dicen ser seres de luz y de mucha ciencia y no tienen misericordia ni amor, ignóralos. Porque la Biblia dice que por sus frutos es conocido el árbol. Si te apedrean los que menos esperabas, recuerda que no te lo están haciendo a ti, se lo están haciendo a uno de los pequeñitos de Dios y tendrán que rendirle cuentas si no se arrepienten. Si sientes que estás ahora mismo en el suelo y que te faltan las fuerzas para continuar, esto es parte del proceso. Pero recuerda que Dios es tu Pastor y prometió caminar contigo y atravesar el valle de la sombra y de la muerte para que venzas.

Si hoy tu alma quebrantada grita de un dolor que nadie puede escuchar ni sentir, no te rindas, porque Dios sí está creyendo en ti. Si vas nadando en contra de la corriente y parece que te irás al fondo de una catarata, ahí está Dios para llevarte a puerto seguro. Si estás atravesando una enfermedad donde hasta tu carne y tus huesos desfallecen, vendrá la sanidad para ti. Y si de los que has esperado algo, te han abandonado, traicionado o malinterpretado, recuerda que sigues teniendo a Dios que es tu fiel amigo y sabe exactamente lo que estás sintiendo.
Hay batallas muy fuertes y que a veces parece que vamos a morir en el intento. Que por más que lo intentamos no nos parece que hayamos avanzado, pero Dios, quien te ha llamado y seleccionado, es real. Puede que en estos momentos solo estés experimentando Su silencio, pero eso no significa que El esté ausente de ti ni ajeno a lo que sientes y te sucede. Esto solo significa que está más cerca de tu pecho y de tu corazón. Que va impulsándote cuando no sientes fuerzas, y que al final de todo la victoria y la bendición será tan grande que no alcanzarás a tener las palabras suficientes para describir y agradecer todo lo bueno que de parte de Él recibirás.

A veces es demasiado desesperante, para nada fácil; pero es el momento de demostrarle a Dios que lo amas independientemente de todo. Que lo amas por lo que Él es y por lo que tú sabes que ha hecho en tu vida. Lloras porque no ha sido fácil, y quisieras de una vez y por todas que las lágrimas y el dolor terminaran; pero atravesando el valle de lágrimas, Dios lo convertirá en fuente, y cuando la lluvia de tus ojos llene los estanques, irás de poder en poder. Verás a Dios. Amén.

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