Romanos 12:3-8 clasifica los dones espirituales de la siguiente manera: profecía, servicio (en un sentido general), enseñanza, exhortación, generosidad, liderazgo, y mostrar misericordia. 1 Corintios 12:8-11 los clasifica como: palabra de sabiduría (la habilidad de comunicar sabiduría espiritual), palabra de ciencia (la habilidad de comunicar la verdad práctica), fe (una dependencia inusual de Dios), don de sanidades, de milagros, de profecía, de discernimiento de espíritus, de lenguas, (la habilidad para hablar un lenguaje que uno no ha estudiado), y la interpretación de lenguas. La tercera lista se encuentra en Efesios 4:10-12, la cual habla de Dios concediendo a Su iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Está también la pregunta acerca de cuántos dones espirituales hay, ya que no hay dos listas iguales. También es posible que las listas bíblicas no los abarquen todos, y que haya dones espirituales adicionales a los mencionados en la Biblia.
Mientras que con frecuencia uno puede desarrollar sus talentos y más tarde dirigir su profesión o pasatiempos alrededor de ellos, los dones espirituales son dados por el Espíritu Santo, fundamentalmente para edificar a la iglesia de Cristo. Con ellos, todos los cristianos deben formar una parte activa en la expansión del Evangelio de Cristo. Todos son llamados y equipados para involucrarse en la “obra del ministerio” (Efesios 4:12). Todos son dotados para que puedan contribuir a la causa de Cristo en gratitud por todo lo que Él ha hecho por ellos. Al hacerlo, ellos encuentran su realización en la vida a través de su labor por Cristo. Es el trabajo de los líderes de la iglesia, ayudar a edificar a los santos para que puedan estar equipados para el ministerio al que Dios les haya llamado. El resultado esperado de los dones espirituales, es que la iglesia como un todo pueda crecer, siendo fortalecida por la provisión combinada de todos y cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo.
Resumiendo las diferencias entre los dones espirituales y los talentos: (1) Un talento es el resultado de genética y/o de entrenamiento, mientras que un don espiritual es el resultado del poder del Espíritu Santo. (2) Un talento puede ser poseído por cualquiera, cristiano o no cristiano, mientras que los dones espirituales solo son poseídos por cristianos. (3) Si bien, tanto los talentos como los dones espirituales deben ser usados para la gloria de Dios y para ministrar a otros, los dones espirituales están enfocados principalmente en estas tareas, mientras que los talentos pueden ser usados para propósitos no espirituales.
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