Jesús les
dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Juan 8:58

Cuando los líderes religiosos judíos cuestionaron la
identidad de Jesús, Él también declaró ser anterior a Abraham: «Antes que
Abraham fuese, yo soy» (Juan 8:58). Esta valiente afirmación consternó a sus
adversarios; entonces, procuraron apedrearlo. Sabían que no se refería a su edad
cronológica, sino que proclamaba ser eterno, ya que utilizaba el antiguo nombre
de Dios: «Yo soy» (ver Éxodo 3:14). Como miembro de la Trinidad, su declaración
era legítima.
En Juan 17:3, Jesús oró: «Y esta es la vida eterna:
que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has
enviado». Jesús, el Eterno, entró en el tiempo para que nosotros pudiéramos
vivir para siempre. Y concretó esta misión al morir en nuestro lugar y
resucitar. Al recibirlo como Salvador, pasaremos la eternidad con Él.
Señor
Jesús, te recibo como Salvador para tener vida eterna y estar contigo para
siempre.
Cristo es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:17
Cristo es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:17
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