Disfrutaré en libertad y en serenidad de tu rocío, de la frescura de tus cielos cuyas nubes grises en el día marcan lluvia; de los ritmos musicales anglos y frescos; de los colores otoñales y opacos que a mis ojos envuelven de atracción; de las tardes en las calles donde, a son de pop y guitarra me hacen sentir versátil y a la vanguardia; del amanecer y atardecer de los bosques y llanuras; de los vientos solanos del oeste por la tarde en las calles; la lluvia en las noches y los días nublados. Y sobretodo, ¡disfrutaré en el reposo y descanso de Su presencia!, a pesar de cualquier circunstancia ¿Acaso esta etapa en la que disfruto todo esto durará para siempre? ES EL MOMENTO DE VIVIR LA DULCE PRESENCIA DE DIOS EN MI VIDA Y CON MI VIDA.
Su amor es incomparable a cualquier afecto que puedas tener por un muchacho en especial. Te lleva a caminar sola en esta etapa, en cierto sentido, pero a la vez, en sintonía romántica con Dios. Te lleva a comportarte como una hermana y fiel amiga con tus hermanos y amigos en Cristo. A defender la pureza en todo tu interior y a guardar la de los demás. A estimular a tus hermanos a amar a Dios y a la devoción. Por ahora, este espacio reservado de mi corazón, cual habitación, está solo aun, pero solo le pertenece a mi Dios. ¡A nadie más!
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