Bienaventurado
el pueblo que sabe aclamarte; andará, oh Señor, a la luz de tu rostro. Salmo 89:15
Ya sea que estemos en una tienda, esperando en fila en un aeropuerto o aguardando, nuestras vidas están llenas de momentos que podrían irritarnos. En cambio, podemos aprovechar para recobrar el aliento y considerar estas pausas como oportunidades de aprender a caminar «a la luz de la presencia del Señor» (verso 15 NTV).
Los momentos «perdidos» de nuestra vida —cuando esperamos, estamos enfermos o nos preguntamos qué hacer después—, son pausas que nos permiten considerar nuestra vida a la luz de la presencia del Señor.
Señor, que podamos vivir siempre en tu presencia.
Podemos
vivir cada momento en la presencia de Dios.
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