domingo, 12 de noviembre de 2017

¿Deberían las mujeres servir como pastoras / predicadoras?

Imagen relacionadaPosiblemente no haya un tema más discutido en la iglesia de hoy, que el tema de las mujeres que sirven como pastoras/predicadoras en el ministerio. Por consiguiente, es muy importante no tratar este tema como hombres o mujeres. De hecho hay mujeres que creen que las mujeres no deberían servir como pastoras, y que la Biblia coloca restricciones en el ministerio de las mujeres, y hay hombres que creen que las mujeres pueden servir como predicadoras y que no hay restricciones sobre las mujeres en el ministerio. Este no es un asunto de chauvinismo o discriminación. Es un asunto de interpretación bíblica.

1ª Timoteo 2:11-12
 proclama, “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”. En la iglesia, Dios asigna diferentes roles a los hombres y a las mujeres. Este es el resultado de la manera en que la humanidad fue creada (1ª Timoteo 2:13) y la manera en la que el pecado entró en el mundo (2ª Timoteo 2:14). Dios, a través de los escritos del Apóstol Pablo, restringe a las mujeres el servir en roles de autoridad de enseñanza espiritual sobre los hombres. Esto impide a las mujeres servir como pastoras, lo cual incluye predicar, enseñar y tener autoridad espiritual sobre los hombres.


Mas hay muchas “objeciones” a este punto de vista, o sea tener a las mujeres en el ministerio/mujeres pastoras. Una objeción común es que Pablo restringe a las mujeres de enseñar porque en el siglo primero las mujeres por regla general eran incultas. Sin embargo, en ninguna parte de 1ª Timoteo 2:11-14 se menciona el nivel de cultura. Si la educación hubiese sido un requisito para el ministerio, la mayoría de los discípulos de Jesús probablemente no habrían sido cualificados. Una segunda objeción común era que Pablo solamente restringía enseñar a las mujeres de Éfeso (1ª Timoteo fue escrita a Timoteo, un pastor en la iglesia de Éfeso). La ciudad de Éfeso fue conocida por su templo de Artemisa, una diosa falsa griega/romana. Las mujeres eran la autoridad en la adoración de Artemisa. Sin embargo, en ningún lugar del libro de 1ª Timoteo Pablo la menciona, como tampoco menciona la adoración a Artemisa como una razón para las restricciones en 1ª Timoteo 2:11-12.


Una tercera objeción común es que Pablo parece que solamente se está refiriendo a los esposos y las esposas, no a los hombres y a las mujeres en general. Las palabras en griego en 1ª Timoteo 2:11-14 podrían referirse a esposos y esposas. Sin embargo, el significado básico de las palabras son hombre y mujer. Además, las mismas palabras en griego son utilizadas en los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda (versículo 8)? ¿Solo las esposas deben vestirse con ropa decorosa, con pudor y modestia; tener buenas obras y adorar a Dios (versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los versículos 8 al 10 claramente se refieren a los hombres y mujeres en general, no solamente a los esposos y a las esposas. No hay nada en el contexto que debiera indicar un cambio para esposas y esposos en los versículos 11 al 14.
Y sin embargo, otra objeción frecuente a esta interpretación de mujeres pastoras/predicadoras, tiene relación con Miriam, Débora, Hulda, Priscila, Febe, etc. – mujeres que mantuvieron posiciones de liderazgo en la Biblia. Pero esta objeción falla en considerar algunos factores significativos. En relación a Débora, ésta fue la única jueza femenina entre 13 jueces masculinos. En el caso de Hulda, fue la única profetisa femenina entre docenas de profetas masculinos mencionados en la Biblia. Y la única conexión de Miriam hacia el liderazgo fue haber sido hermana de Moisés y Aarón. Las dos mujeres más prominentes en los tiempos de los reyes fueron Atalía y Jezabel – difíciles ejemplos de liderazgo femenino devoto.

En el libro de los Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como ministros fieles de Cristo. El nombre de Priscila es mencionado primero, indicando probablemente que ella era más “prominente” en el ministerio que su esposo. Sin embargo, en ninguna parte se describe a Priscila participando en una actividad ministerial que esté en contradicción con 1ª Timoteo 2:11 al 14. Priscila y Aquila llevaron a Apolos a su hogar y fue discipulado por ellos, explicándole la Palabra de Dios con exactitud (Hechos 18:26).

En Romanos 16:1, aunque a Febe se la considera una “diaconisa” en lugar de una sierva – esto no indica que Febe fuera una maestra en la iglesia.

La estructura de 1ª Timoteo 2:11 al 14 deja la razón perfectamente establecida. El versículo 13 comienza con “Porque” y da la “causa” de lo que Pablo declara en los versículos 11 y 12. ¿Por qué las mujeres no deberían enseñar o tener autoridad sobre los hombres? Porque – “Adán fue formado primero, luego Eva. Y Adán no fue engañado; sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. Esa es la razón. Dios creó a Adán primero y luego creó a Eva a fin de que fuera “ayuda idónea” para Adán. Este orden de la creación tiene una aplicación universal para la humanidad en la familia (Efesios 5:22-23) y en la iglesia. El hecho de que Eva fuera engañada también se da como una razón para que las mujeres no sirvan como pastoras o tengan autoridad espiritual sobre los hombres. Esto guía a algunos a creer que las mujeres no deberían enseñar porque son engañadas más fácilmente. Este concepto es discutible… porque si las mujeres son engañadas más fácilmente, ¿por qué se les permitiría enseñar a los niños (quienes son fácilmente engañados) y a otras mujeres (quienes supuestamente son más fácilmente engañadas)? Pero esto no es lo que dice el texto. Las mujeres no deben enseñar o tener autoridad espiritual sobre los hombres porque Eva fue engañada. Como resultado, Dios ha dado a los hombres la autoridad de enseñanza principal en la iglesia.

Eso sí, las mujeres superan en dones de hospitalidad, misericordia, enseñanza y ayuda. Mucho del ministerio de la iglesia depende de las mujeres. La Biblia en ninguna parte restringe a las mujeres ejercitar los dones del Espíritu Santo (1ª Corintios capítulo 12). Así como los hombres, las mujeres están llamadas a ministrar a otros, para mostrar el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), y para proclamar el Evangelio a los perdidos (Mateo 28:18-20Hechos 1:81ª Pedro 3:15).

En definitiva, Dios ha ordenado que solamente los hombres sirvan en posiciones de autoridad de enseñanza espiritual en la iglesia. Esto no es necesariamente porque sean mejores maestros, o porque las mujeres sean inferiores o menos inteligentes (no es el caso). Es simplemente la manera en que Dios designó la iglesia para que funcione. Los hombres deben ser ejemplo en el liderazgo espiritual – en sus vidas y a través de sus palabras. Y las mujeres deben tomar un rol de autoridad menor. Se las anima a enseñar a otras mujeres (Tito 2:3-5). La Biblia tampoco restringe a las mujeres enseñar a los niños. La única actividad de la que están restringidas es la de enseñar o tener autoridad espiritual sobre los hombres. En buena lógica, esto debería incluir a las mujeres sirviendo como pastoras/predicadoras. Y de ninguna manera esto las hace menos importantes, sino que, más bien, les da un ministerio más de acuerdo con el talento que les dio Dios.

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