Devuélveme el gozo de tu salvación y espíritu noble me sustente. Salmos 51;12
Si algo distingue a los hijos de Dios es el gozo que hay en su vida, no una alegría pasajera, sino el gozo que permanece en sus corazones aun en las más difíciles circunstancias de la vida.
Los cristianos tenemos varias razones muy importantes para tener gozo en nuestra vida:
- El perdón de nuestros pecados.
- La seguridad eterna de nuestra salvación.
- El gozo de la presencia del Señor en nuestra vida.
Pero desgraciadamente muchos cristianos pierden el gozo de sus vidas, cristianos que viven angustiados, cristianos que viven llenos de amargura, que viven sumidos en la tristeza y sin esperanza.
Incluso en el texto del versículo anterior podemos leer la petición de David en su salmo de arrepentimiento: devuélveme el gozo de tu salvación.
¿Por qué causas un cristiano puede perder el gozo en su vida? Las diferentes causas se pueden resumir en una sola palabra: PECADO, (Romanos 6:23).
El pecado que practicamos en nuestra vida nos llena de culpa, vergüenza, temor (Génesis 3:7-10), y eso no permite que experimentemos el gozo de Dios en nuestra vida.
Por eso hoy en día es muy normal encontrar personas cristianas pero con depresión, son cristianas pero frustradas, cristianas pero amargadas, cristianas pero “Frías espiritualmente”.
¿Cómo podemos recuperar el gozo perdido en nuestra vida?
I. RECONOCIENDO NUESTRO PECADO Y REGRESANDO A NUESTRO PADRE CELESTIAL. (LUCAS 15:16-18)
El hijo pródigo perdió todo viviendo perdidamente, y una de las cosas que perdió fue el gozo de su vida. Él estaba decepcionado por su triste condición queriendo comer la comida de los cerdos.
TENEMOS QUE VOLVER COMO ESTAMOS: El hijo prodigo no esperó a recuperar lo que se había gastado, no esperó para volver hasta que pudiera hacerlo como un hijo que triunfó fuera de la casa de su padre. Él decidió volver a la casa de su padre fracasado, empobrecido, hambriento, andrajoso, etc. No esperes para volver a Dios hasta que no hayas arreglado tu vida, ven ahora, así como estas, ven a Él hoy. (Juan 6:37)
II. VOLVIENDO A NUESTRO PADRE CON HUMILDAD Y ARREPENTIMIENTO (LUCAS 15:20-21)
El hijo pródigo se fue lejos con soberbia pero, ¿cómo regreso?: humilde, humillado por la vida.
Él reconoció que su pecado había ofendido a su padre, así como nosotros lo tenemos que reconocer y confesar nuestro pecado delante de nuestro padre celestial
El Padre celestial no rechaza un corazón humillado que lo busca con verdadero arrepentimiento. (Salmo 51:17)
III. EXPERIMENTANDO EN NUESTRA VIDA LA MISERICORDIA DE NUESTRO PADRE CELESTIAL. (LUCAS 15:22-23)
El gozo viene a nuestra vida al experimentar el perdón maravilloso de nuestro Padre Celestial.
El padre no le reclamó por todo lo que perdió; el padre no le reprochó lo mal alimentado y sucio que venía; al contrario, el padre se regocijó al ver que su hijo había regresado, y el hijo se regocijó de haber regresado a la casa de su padre.
El arrepentimiento sincero hace que nos vengan de parte del Señor tiempos de refrigerio, tiempos de bendición. (Hechos 3:19)
En conclusión, si has perdido el gozo de tu salvación no esperes más; vuelve hoy arrepentido y experimenta el amor y la misericordia de nuestro Padre Celestial.
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