miércoles, 6 de septiembre de 2017

¿Alabar cuando estoy en problemas?

SALMOS 71:14  “Mas yo esperaré siempre, y te alabaré más y más.”
Se cuenta la historia de una familia que fue a pasar el día junto a un lago. En cierto momento, el hijo de cinco años se metió en el agua, pisó en la parte profunda y se hundió. Como ninguno de los adultos del grupo sabía nadar, corrían de un lado al otro por la orilla, llenos de pánico, mientras el niño salía a la superficie y se hundía pidiendo ayuda a gritos. Justo en ese momento pasaba un hombre. Al darse cuenta de lo que sucedía, se zambulló en el lago y rescató al niñito. Cuando llegó a la orilla con el niño, quien estaba asustado pero sano, lo único que le oyó decir a la madre enojada fue:-“¿Y el gorro de Juan?”-
Muchas veces nos preocupamos por decepciones insignificantes que nos llevan a rezongar y a quejarnos, en vez de concentrarnos en las cosas hermosas que DIOS coloca en nuestra vida, entre las cuales se destacan Su amor y salvación eternos. Cuando nos quejamos por las pequeñas insatisfacciones de la vida, es como si estuviésemos diciendo: -“¿Y el gorro de Juan?”-.
Pablo escribió: “Dad gracias en todo” (1ª Tesalonicenses 5:18). Puede que no agradezcamos cada cosa que se nos cruza en el camino, pero sí podemos dar gracias en todo. Piense en las circunstancias difíciles de su vida. ¿Puede ver lo bueno en todo lo que le sucede? ¿De qué manera puede dar gracias a DIOS por sus dificultades, como también por sus bendiciones?
Recuerda: DIOS tiene un plan perfecto para tu vida. Los reveses temporales no deben destruir jamás nuestra confianza en que ÉL es suficiente.
Aún en las situaciones más terribles, todos tenemos algo por lo cual estar agradecidos: nuestros hijos, la familia, el trabajo, o una almohada donde recostar la cabeza, etc., etc.
Tal vez sea difícil dar gracias cuando se pierde el trabajo, un familiar, cuando la salud se deteriora, etc., etc., pero podemos agradecer por las bendiciones que el Señor nos ha dado en este mundo y por la vida eterna que nos espera.  Y siempre podemos dar gracias a Cristo por el sacrificio que ÉL hizo por nosotros. La vida misma es un regalo de DIOS.
En vez de que estés enfocado en tus problemas, alaba al Señor por Sus bendiciones. Una actitud de agradecimiento es mejor que una de queja, y dará como resultado gozo interior y alabanza al Señor.
Padre Santo, te pido que me llenes de tu Santo Espíritu y me capacites para darte gracias aún en medio del dolor y el sufrimiento, sabiendo que Tú estás en control de todo, y que al final tu nombre será glorificado en la victoria que Tú me darás. En el nombre de Jesús, amén.

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