Una furgoneta subió el jueves a la concurrida avenida de Las Ramblas de Barcelona y arrolló a turistas y residentes, convirtiendo el popular destino vacacional europeo en una sangrienta y mortífera escena. En total, 13 personas murieron y 100 más resultaron heridas, 15 de ellas de gravedad, en lo que las autoridades definieron como un ataque terrorista.
Sobre la calle quedaron tendidas las víctimas, bañadas en sangre o retorciéndose de dolor por fracturas en las extremidades. Otras personas corrieron presas del pánico, en medio de gritos o cargando en brazos a niños pequeños.
“Claramente fue un ataque terrorista, con la intención de matar a la mayor cantidad posible de gente”, dijo el mayor de la Policía catalana Josep Lluis Trapero en conferencia de prensa.
El grupo ultrarradical sunita Estado Islámico se atribuyó el ataque, y aseveró en un comunicado difundido por su agencia noticiosa Aamaq, que fue perpetrado por “soldados” suyos en respuesta a los llamados de la organización, para arremeter contra los países que participan en la coalición que intenta expulsarlos de Siria e Irak.
“La operación se realizó en respuesta a los llamados contra los Estados de la coalición internacional antiyihadista”, que opera en Siria e Irak, agregó.
La Policía arrestó a dos sospechosos, un español y un marroquí, por el atropellamiento masivo en Barcelona, pero el conductor del vehículo continuaba en fuga, según las autoridades.
Horas más tarde, ya en la madrugada del viernes, la Policía regional de Cataluña informó de que abatió a “cuatro presuntos terroristas” e hirió a un quinto en un “posible atentado terrorista” en Cambrils, una localidad costera sita a 120 kilómetros de Barcelona.
Un portavoz del Gobierno regional de Cataluña añadió que en Cambrils seis civiles y un agente policial fueron heridos por un vehículo que los atropelló.
El ataque culminó con un tiroteo en el que “cuatro presuntos terroristas” fueron abatidos y otro herido. La Policía anunció que vinculaba estos actos con el atropello masivo producido horas antes en Barcelona.
El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, calificó los homicidios como una “barbaridad” de los terroristas y agregó: los españoles “no solo estamos unidos en el duelo, sino también en la voluntad firme de luchar contra quieres quieren arrebatarnos nuestros valores”.
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