jueves, 18 de mayo de 2017

Multiplicando la fe

En los últimos tiempos muchas adversidades nos sobrevendrán, pero ninguna nos debe pillar por sorpresa, porque escrito está que en los días postreros tendremos aflicciones y ataques de toda índole.
Resultado de imagen de Multiplicando la feEstaremos expuestos a duras pruebas, pero nuestra posición debe ser firme y con decisión para superarlas, sabiendo que el que persevera hasta el final será salvo. Por lo tanto, debemos interpretarlas como señales que anuncian la próxima segunda venida de nuestro señor Jesucristo.
Algunos de los ataques que hace el enemigo contra nosotros tienen como blanco nuestros hijos; y para ello esgrime armas muy eficaces como la televisión, internet y la moda. Que conste que bien usadas, no son malas ninguna de las tres.
Ahora bien, no podemos estar acuerdo con la totalidad, ni siquiera con gran parte de lo que a través de estos medios se ve. Por otro lado, cuando se usan de manera positiva, son buenos al ciento por ciento. También el enemigo usa el arma de la economía. Aquí despliega ataques terribles, llevando al objetivo al máximo de la desesperación, y prácticamente obligándolo a cometer locuras en detrimento propio y de su familia.
En este aspecto, el ataque es directo y la depresión se le convierte en un cómplice de gran valor. La depresión, en muchísimos casos, tiene su fundamento en problemas económicos, conduciendo al individuo a la destrucción y a la muerte.
La enfermedad es otra de las pruebas preferidas por el enemigo. La usa con mucha frecuencia, y si bien la depresión provoca que la persona se enferme, también las otras enfermedades cuando se prolongan o se repiten mucho, traen una gran depresión. Así que se complementan mutuamente.

Tras la moda, el enemigo se disfraza para confundir, sobre todo en esas modas que, en vez de expresar belleza, expresan horror. Aunque en términos generales, la moda es sumamente bonita.
La única salida efectiva de todos estos ataques es Jesucristo. Él es lo único a lo que nos podemos aferrar para resistir. El enemigo no tiene ningún poder sobre nosotros si ponemos por el medio, y con mucha fe, el nombre de Jesús, el que vino para vencer al pecado y al mundo. Por muy difícil que sea la situación que estemos atravesando, no debemos perder la calma.
Recordemos cuando dijo: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16:33.
Si hoy estás pasando por una situación difícil, por la cual al menos uno de los ataques mencionados te está golpeando, tómate tu tiempo y agárrate a Jesucristo que es la solución; pero una vez la tengas, no te detengas a mirar para atrás.
Si en la lid el destino te derriba,
si todo en tu camino es cuesta arriba;
si tus inquietudes son ansia insatisfecha,
si es dura la faena y vil cosecha;
si a tu caudal se le interponen diques,
date una tregua; pero no claudiques
No los olvides, porque multiplicando la fe, vencerás.

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