domingo, 21 de mayo de 2017

La niña de papá

«Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él» (l Juan 3: l).
Una vez observé a un padre entrando por la puerta de su casa. Se agachó con los brazos abiertos y gritó: «¡Canddy!». Con tres años, Canddy corrió hacia él tan rápido como pudo y se lanzó a sus brazos. Él la levantó en el aire y luego la abrazó diciendo: «Canddy, ¿sabes cuánto te ama papá?» ¡Oh, cuánto anhelaba yo un papá para llenar mi vacío! Y se me ocurrió una idea: «¿Por qué no tratar de establecer contacto con mi propio padre?».
Imagen relacionadaAsí que hice planes, compré un billete de Buenos Aires a California e hice las maletas. «¿Qué le diré al llamarlo? ¿Cómo nos vamos a saludar?», pensaba. Tenía el estómago hecho un nudo! Algunos familiares me acompañaron para ir a conocer a mi padre por primera vez. Mi maravillosa madre me había aliviado el dolor de crecer en un hogar sin padre. Así que quería ser fuerte, demostrando sus valores.
Por fin estaba allí, parado frente a mí, tan diferente a la foto a la cual me había aferrado durante años. Nos abrazamos. En ese momento, muy en el fondo, quería ser la niña de papá, amada, querida y protegida, Me enfrenté rápidamente a la realidad durante esa breve visita. Veréis, mi padre es alcohólico.
La adicción es una experiencia horrible. El adicto rompe sus promesas. Los actos de papá traicionaron continuamente sus buenas intenciones. En pocas palabras, le gustaba la botella más de lo que me quería a mí. Mi decepción era inevitable.
Quizá pienses en tu propio padre. Quizá él también estuvo ausente o falló en proporcionar un refugio seguro para su pequeña. Y te sentiste abandonada. Quizá has estado esperando llenar ese vacío dejado por un padre terrenal. Sin embargo, como la niña de papá, no tienes que buscar ese amor nunca más. Tu Padre celestial te ha proporcionado un lugar seguro y lleno de amor y te está esperando con los brazos abiertos.
Él no te decepcionará. Te abrirá su corazón a través de su Palabra. Él es el Padre ideal y perfecto, en quien puedes confiar. Hoy sé que, independientemente del amor de un padre terrenal o la ausencia de él, todavía soy la niña de papa. Y tú también.

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