lunes, 29 de mayo de 2017

Cinco panes y dos pescados

“«Aquí hay un muchachito que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. ¿Pero de qué sirven ante esta enorme multitud?».” Juan 6: 9 (Nueva Traducción Viviente)
La incredulidad roba bendiciones, y la fe se posesiona de ellas. Los milagros de multiplicación son reales, se creen y luego se reciben. Una palabra de Dios es suficiente para multiplicar todo en tu haber, llámese salud, tiempo, esfuerzo, bienes o dinero. Porque Dios es suficiente y va delante en el camino, para allanarlo a aquellos que van en Su nombre.
En este capitulo, Felipe resaltó lo improbable que sería reunir dinero para alimentar a toda la multitud, que eran cinco mil contando solo a los varones (Juan 6:7). Él, acertadamente en su razonamiento, le puso un número a la multitud, y éste le dio como resultado que ni aun trabajando meses enteros se podría alimentar a los que estaban hambrientos. Luego Andrés recalcó con buen tino, con razón, que aunque usaran los cinco panes y dos pescados de un muchachito sería imposible alimentar a la multitud. Así que lo más razonable, considerando que la gente estaba cansada por seguir a Jesús, era mandarlos a las aldeas cercanas y a sus casas para que consiguieran de comer. Pero………
Pero Jesús tenía un plan, se empecinó en que la gente debía ser saciada en primer lugar con pan espiritual, y en segundo, de un rico banquete para sus estómagos.
“Luego Jesús tomó los panes, dio gracias a Dios y los distribuyó entre la gente. Después hizo lo mismo con los pescados. Y todos comieron cuanto quisieron.” Juan 6: 11 (Nueva Traducción Viviente).
Jesús no menospreció los cinco panes y los dos pescados del muchachito, sino que agradeció al Padre por ellos y los distribuyó. No solo eso sino que todos comieron cuanto quisieron.
Si al igual que los discípulos te encuentras en una situación en que tu razonamiento no puede procesar lo que Jesús dice que es posible, créelo y verás un milagro de multiplicación. No maldigas lo que Dios ha puesto en tus manos ni lo menosprecies. Bendice los “cinco panes y dos pescados” que el Todopoderoso te ha dado, y experimentarás Su favor.
Si en la consecución de un milagro, Jesús te ha pedido todo lo que tienes, llámese fuerza, esperanza, pasión, trabajo o dinero, ¡entrégaselo! Recuerda todas las ocasiones en las que Él se ha ganado tu confianza. Hazlo y, al igual que los discípulos, recogerás doce canastas de todo lo que sobre.

Atrévete a descubrir lo que Jesús es capaz de hacer con tus panes y peces.

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