jueves, 13 de abril de 2017

Logrando la Calma

Es casi imposible dormir si estás “demasiado tenso”. ¿El recuerdo de los eventos del día te impide conciliar el sueño? ¿Sientes como si escalaras una gran montaña y empujaras una inmensa piedra con un palo diminuto? Memoriza las siguientes palabras:
Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra. Salmos 121:1-2
¿Estás preocupado ante la posibilidad de cometer errores, de causarle una desilusión a tu jefe, o fallarle a tu familia? Graba en tu interior estas palabras:
No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Salmos 121:3-4
¿Afectan a tu salud las innecesarias ansiedades que a veces tienes en tu vida?  Memoriza lo siguiente:
El señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Salmos 121:5-6
¿Has comenzado ya a agonizar por las fechas límites del próximo mes, por los impuestos a pagar el año venidero, por la matrícula universitaria que hay que costear en diez años, o por suplir fondos a tu cuenta de jubilación de aquí a treinta años? ¿Cargas todo esto al disponerte a reposar tu cabeza en la noche, sobre la almohada? Aprende las siguientes palabras:
El Señor te protegerá de todo mal; Él guardará tu alma. El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre. Salmos 121:7-8
¡Acabas de memorizar un salmo completo! Repítelo cada noche. Sustituye “tu” por  “mi”, y  “te” por  “me” de modo que lo personalices. Entonces, descansa sabiendo que Dios te tiene a ti, a tu vida y al resto del universo, bajo Su control.
Jeremías 31:26 Y mi sueño me fue agradable.

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