jueves, 27 de abril de 2017

El poder del perdón de Cristo

Vuélvete… dice el Señor; no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice el Señor, no guardaré para siempre el enojo. Jeremías 3:12
Vuélvase al Señor, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Isaías 55:7

Pedro, discípulo de Jesús, pensaba que amaba a su Maestro más que los demás. Sin embargo lo negó tres veces consecutivas (Lucas 22:54-62). Luego, unos días después de la muerte y resurrección del Señor, Pedro y otros discípulos fueron al lago a pescar. De repente, Jesús se acercó. Juan fue el primero en reconocerlo y dijo a Pedro: “¡Es el Señor!” Juan 21; 7. E inmediatamente Pedro se echó al agua para ir al encuentro de Jesús lo más rápido posible.
¿Había olvidado que acababa de negar a su Maestro? ¿No tenía vergüenza? ¿No hubiese hecho mejor manteniéndose alejado y presentarse en último lugar? No, al contrario, Pedro se apresuró a reunirse con Él, porque Jesús ya había tenido un encuentro con él en privado (Lucas 24:34) y le había asegurado su total perdón. Su actitud no fue inoportuna, pues dio testimonio de la confianza que tenía en el amor de su Maestro.

Creyentes, esto puede darnos ánimo si nos hemos comportado mal, si hemos pecado. Es triste deshonrar al Señor cuando conocemos su amor. Pero si después de haberle confesado nuestro pecado, nos mantenemos alejados so pretexto de que somos indignos de acercarnos, dudamos de Él. Es como escuchar la voz de Satanás, quien trata de mantenernos lejos de Aquel que perdona y quiere restaurarnos.
¡Acerquémonos a nuestro Salvador con confianza y humildad, con la valentía de la fe, pues Él nos ama!

No hay comentarios:

Publicar un comentario