sábado, 11 de marzo de 2017

El poder de la alabanza en acción

Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Ésta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba:
—¡Estos hombres son siervos del Dios Altísimo! Ellos os anuncian el camino de salvación.
18 Esto lo hizo por muchos días, hasta que, desagradando a Pablo, se volvió él y dijo al espíritu:
—Te mando en el nombre de Jesucristo que salgas de ella.
Y salió en aquella misma hora.
19 Pero al ver sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades.20 Los presentaron a los magistrados y dijeron:
—Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad 21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.
Resultado de imagen de pablo y silas22 Entonces se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarlos con varas. 23 Después de haberlos azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardara con seguridad. 24 El cual, al recibir esta orden, los metió en el calabozo de más adentro y les aseguró los pies en el cepo.
25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 Se despertó el carcelero y, al ver abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28 Pero Pablo le gritó:
—¡No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí!
29 Él entonces pidió una luz, se precipitó adentro y, temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas. 30 Los sacó y les dijo:
—Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
31 Ellos dijeron:
—Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú y tu casa.
32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas, y en seguida se bautizó con todos los suyos. 34 Luego los llevó a su casa, les puso la mesa y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios. Hechos 16: 16-34
A través de este pasaje bíblico, tomando como ejemplo a Pablo y Silas estando en la cárcel de Filipos, veremos el PODER EN ACCIÓN que tiene la ALABANZA cuando la entonamos directamente a Dios; independientemente de las circunstancias negativas, adversas o desfavorables en las que muchas veces nos encontramos. De hecho, aún el ¡PODER DE LA ALABANZA! se da en medio de situaciones difíciles, así como lo analizaremos a continuación. Veamos:
1.     LA SITUACIÓN DE PABLO Y SILAS
  • Fueron aprehendidos (vr. 19a)
  • Fueron traídos al foro: las autoridades en la plaza (vr. 19b)
  • Fueron presentados a los magistrados: los jueces (vr. 20a)
  • Fueron acusados de alborotar la ciudad (vr. 20b)
  • Fueron acusados de enseñar costumbres ilícitas (vr. 21)
  • El pueblo se agolpó contra ellos: se levantó, amotinó (vr. 22a)
  • Los magistrados les rasgaron (quitaron, arrancaron) sus ropas (vr. 22b)
  • Azotados por orden de los magistrados (vr. 22c, 23)
  • Puestos en la cárcel y guardados por seguridad: vigilados con cuidado (vr. 23)
  • Metidos en el calabozo de más adentro (interior): el lugar más profundo (vr. 24a)
  • Aseguraron (sujetaron) sus pies en el cepo (vr. 24b)
¿Es fácil alabar a nuestro Dios en situaciones como éstas? ¡NO! Pero es cuando más tenemos que alabarlo para así experimentar liberación y victoria (vr. 25, 26).
2.     LA ACTITUD DE PABLO Y SILAS
  • A media noche oraron (vr. 25)
Se supone el estado de ánimo en que se encontraban, y no era hora ni lugar para la oración. Sin embargo, aquí los vemos  orando y cantando (Mateo 5:10-12). En cierto sentido es un cumplimiento de lo que dijo Santiago, el hermano de Jesús, en su carta que lleva su propio nombre: “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración…” (Santiago 5: 13a). Ana también lo experimentó así (1 Samuel 1: 1-10), Jonás (2: 1, 2, 7, 9), el mismo Jesús (Mateo 26: 36-46; Marcos 14: 32-42; Hebreos 5: 7).
  • A media noche cantaban himnos a Dios (vr. 25)
Himno (gr. en griego Jumnéo): un canto de alabanza en las celebraciones, muy parecido a los Salmos del Antiguo Testamento en los que alababan a Dios por todo lo que Él es, relataba las obras de Dios, lo alababa por ellas y por todo lo que había hecho (Mateo 26: 30; Marcos 14: 26; Hechos 16: 25; Efesios 5: 19; Colosenses 3: 16). Un cántico directamente al corazón a Dios.
Resaltamos aquí en este versículo de Hechos, la especificidad, expuesta por el autor sagrado (Lucas), cuando expresa que Pablo y Silas cantaban himnos a Dios” (vr. 25). De hecho, el centro de la alabanza es el mismo Dios y tiene que ser dirigida a Dios; porque la alabanza es de Dios: “Este pueblo he creado para mí; MIS alabanzas publicará” (Isaías 43: 21). Salmos 102: 18; Efesios 1: 3-6.
¿No cree usted que la alabanza o el canto (como usted quiera llamarle) que suena, se oye diferente y hace distinción cuando se incluye y/o se menciona a nuestro Señor Jesucristo, a Dios, al Espíritu Santo, a la misma Palabra de Dios (la Biblia)? ¡Canto y música sacra! ¡Identidad!
Tengamos mucho cuidado con la “música” que hoy se está grabando y cantando en las iglesias cristianas, donde a veces no se sabe a quién va dirigida la letra del canto o la alabanza: si a Dios, a la mujer, a la naturaleza o a cualquier cosa (sin censura). Recuerde que el único que merece gloria, alabanza, etc., es Dios y nadie más; por lo tanto hay que mencionarlo e incluirlo en lo que cantamos para ÉL. 
3.     LOS RESULTADOS DE PABLO Y SILAS
  • Sobrevino de repente un gran terremoto: un temblor fuerte (vr. 26a)
  • Los cimientos de la cárcel se sacudían: se estremecían y temblaban (vr. 26b)
  • Al instante se abrieron todas las puertas de la cárcel (vr. 26c, 27a)
  • Las cadenas se soltaron instantáneamente (vr. 26d)
  • La conversión del carcelero y su familia (vr. 27-34)
Fue una liberación sobrenatural producto de sus himnos de alabanza a Dios (vr. 25-27), muy a pesar de los azotes, cárcel, calabozo, cepo (vr. 22-25). ¡Aquí tenemos el PODER DE LA ALABANZA EN ACCIÓN! Solo aquellos que lo alaban como debe ser, lo verán, experimentarán, vivirán y sabrán de Él siempre. No queda otra que seguirlo alabando a tiempo y fuera de tiempo, independientemente de las situaciones o circunstancias difíciles, adversas, desfavorables, negativas que a diario se nos presenten en la vida, familia, hogar, iglesia, ministerio y otras áreas.
No es necesario esperar a estar bendecidos, saludables, bien  económicamente y en otras áreas de la vida para alabarlo, glorificarlo, exaltarlo, darle gracias, adorarlo, etc., pudiendo hacerlo todas las veces posibles e independientemente de las dificultades, problemas, enfermedad, crisis, conflictos, escasez y mucho más (Números 21: 16-20; Josué 6: 4, 9, 13, 16, 20; Jueces 7: 19-25; 2 Crónicas 20: 19-28 Habacuc 3: 17-19).
CONCLUSIÓN: después de haber estudiado esta edificante Palabra preguntamos: ¿vale la pena seguirlo alabando muy a pesar de...? ¿Estamos listos, dispuestos a hacerlo? ¿Nos animamos de ahora en adelante a alabarlo en toda circunstancia, lugar y tiempo? No olvidemos que uno de los propósitos por el cual Dios nos creó fue “para publicar Sus alabanzas” (Isaías 43: 21). Además, tengamos siempre en cuenta que el don de la vida también es para alabarlo (Salmos 102: 18; 118: 17; 150: 1-6; Isaías 38: 18-20). Y como dijo el mismo apóstol Pablo también desde una celda a los filipenses (carta que escribió estando preso en Roma): “Regocijaos en el Señor Siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4: 4).  Además, no olvide que Dios habita en medio de la alabanza (Salmos  22: 3). ¡Hagámoslo con entendimiento! (Salmos 47: 7)   

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