Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; pero cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. 1 Corintios 13: 11
El cambio es parte de nuestra vida, y debemos buscarlo porque conformarnos con lo que somos es de mediocres. Nuestra actitud debe ser enfrentarnos con nuestras debilidades y tratar de superarlas. Debemos saber que podemos ser mejores de lo que somos, por lo que tenemos que trabajar con cada una de esas debilidades hasta que podamos ver la obra completa.
El cambio es parte de nuestra vida, y debemos buscarlo porque conformarnos con lo que somos es de mediocres. Nuestra actitud debe ser enfrentarnos con nuestras debilidades y tratar de superarlas. Debemos saber que podemos ser mejores de lo que somos, por lo que tenemos que trabajar con cada una de esas debilidades hasta que podamos ver la obra completa.
Escondernos de nuestra propia realidad sería engañarnos a nosotros mismos y también, tratar de evadir nuestras responsabilidades delante de Dios. Él nos exhorta a cambiar nuestra forma de pensar; es decir, a tener una renovación de nuestra mente; una mente que antes, estaba atada al hombre viejo.
Pero nuestra mentalidad es un obstáculo para poder alcanzar nuestra herencia, porque con ella será imposible entender y hacer lo que Dios quiere. Solamente quien ha entregado su mente a Cristo para ser perfeccionado la alcanzará.
Pero nuestra mentalidad es un obstáculo para poder alcanzar nuestra herencia, porque con ella será imposible entender y hacer lo que Dios quiere. Solamente quien ha entregado su mente a Cristo para ser perfeccionado la alcanzará.
Reconoce tu condición y acéptala, buscando la ayuda del Señor y entregándole esas áreas para que sean cambiadas y perfeccionadas en Él.
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