martes, 28 de marzo de 2017

Andar tomados de la mano del Señor

PROVERBIOS 3:33 “El Señor maldice la casa del malvado, pero bendice el hogar del hombre justo”.
La Palabra de Dios (la Biblia), es la verdad de Dios revelada. Verdad que es directa y sin adornos. Por eso muchas veces nos duele, pues llega hasta lo profundo del corazón, y denuncia nuestras malas ideas e intenciones que tenemos alojadas por vivir en el pecado.
El versículo anterior es determinante y directo al decir que la bendición de Dios mora en la casa de los justos, pero que la maldición está en la casa del impío. Solemos pensar que un impío es un ladrón, un asesino o un violador, pero si analizamos el significado de la palabra “impío”, ésta quiere decir “alguien falto de piedad”. En nuestro lenguaje popular alguien falto de piedad es aquel que no tiene en cuenta en su vida las cosas de Dios.
Muchos que se dicen cristianos, viven piadosamente un rato los domingos al ir a una iglesia, pero al salir de allí se quitan su máscara religiosa y viven vidas totalmente impías. Mas como cristianos, debemos aprender a vivir y saber mantener la bendición del Señor en nuestros hogares. Debemos aprender a ser padres, madres, esposos, esposas, hijos e hijas que vivan diariamente en la presencia de Dios. Cuando eso sucede, en ese hogar hay bendición y ninguna maldición toma sitio.
Todos anhelamos tener bendición, pero no queremos pagar el precio que supone recibir la bendición de Dios. Este precio es el decidir vivir bajo el señorío de Cristo todos los días de la semana. Decide en este día, y a partir de ahora en adelante, caminar tomado de la mano del Señor de la bendición.
Te pido, oh Dios, que me ayudes a vivir totalmente tomado de tu mano, para que tu bendición repose sobre mi hogar. En el nombre de tu hijo amado, amén.

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