jueves, 23 de febrero de 2017

Un Lema De la Vida Cristiana

Las siguientes palabras las escribió uno de los peores criminales del año 68 d.C. en Roma, mientras meditaba en su solitaria celda. Con cadenas que lastimaban sus manos y pies, tomó una pluma y sobre un viejo pergamino plasmó las siguientes palabras:
"Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y para todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." (Filipenses 1:12-14,21 RV60)
Resultado de imagen de Un Lema De la Vida CristianaAlgunos lo conocían como Saulo, otros como Pablo y él se describía como apóstol, siervo, esclavo de Jesucristo; su delito, predicar a Aquel que dio su vida en un madero por amor a la humanidad. Si los azotes que su espalda recibiese llevarían a más personas a los pies de Cristo, Pablo los aceptaría. Si por estar en una celda muchos presos y soldados creerían en Jesús, Pablo estaba dispuesto a soportarlo. Y si los demás se mantendrían firmes y leales por su ejemplo, él estaría dispuesto a todo; hasta ser llevado a la muerte.
Tertuliano dijo: “Aunque el cuerpo está encarcelado, aunque la carne está en prisión, todas las cosas están abiertas al espíritu… La pierna no siente la cadena cuando la mente está en el cielo”.
"Cierto joven, debido a una extraña enfermedad, comenzó a perder la vista poco a poco, todos los días. Lamentablemente, el momento llegó y perdió la vista por completo. Días más tarde a su mejor amigo, que lo acompañó en sus momentos más difíciles, le fue diagnosticado cáncer, con pocos días de vida. En una charla el chico con cáncer le dijo a su mejor amigo: “Estoy próximo a morir, te donaré mis ojos y así podrás ver”, a lo cual su amigo ciego respondió: “Sé que no te queda mucho tiempo de vida, pero prefiero quedarme ciego toda la vida, ya que de qué me sirve tener la vista si no te voy a ver más. No quiero ver el mundo si no veo también a mi mejor amigo”.
– ¿Quién eres Señor? y ¿qué quieres que haga? – Dijo Pablo – Jesús respondió: “Yo soy Jesús a quien tú persigues”. (Hechos 9:5,6). Aquel día Pablo decidió ver solamente un mundo donde Cristo estuviese presente, y en ese momento decidió que serían amigos y que solo viviría para Él. Morir no le importaba, porque cuando volviera abrir los ojos, lo primero que vería sería a Jesús.
Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia, (Filipenses 1:21) fue el lema de Pablo en aquella celda. Fue el lema de los mártires cristianos mientras sus cuerpos ardían durante las persecuciones. Fue el lema de Juan Huss al colocarse del lado de la verdad, despreciar su vida y morir en la estaca. Fue el lema de los valdenses y hugonotes al arriesgar su vida cada día predicando el evangelio. También fue el lema de Lutero en el sínodo de Worms en 1521. Es el lema de los misioneros que arriesgan sus vidas.
Y é
ste, también puede ser el lema de tu vida; vive por Él y para ÉL…

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