martes, 21 de febrero de 2017

Mi Cónyuge Es Muy Intolerante

La intolerancia hacia los fallos del cónyuge es una peligrosa bomba de tiempo.
La intolerancia se define como la falta de habilidad o voluntad para tolerar algo. Es la ausencia de paciencia para aguantar los puntos de vista de otras personas. Una mente inteligente es altamente tolerante. La intolerancia tiene su fundamento en el egoísmo, el orgullo y la inmadurez de las personas, ya que una persona intolerante defiende sus puntos de vista con su visión subjetiva de las cosas, no reconoce errores y frecuentemente ataca emocionalmente a quienes no están de acuerdo con su posición.
La intolerancia en el matrimonio se relaciona con una actitud irrespetuosa, falta de perdón, con ofensas agresivas y siempre haciendo ver al otro como culpable de los problemas. La intolerancia desanima al compañero(a), y después de un tiempo pierden interés en la relación, se separan emocionalmente y pueden llegar a separarse definitivamente.
La intolerancia es una fuerte enemiga del matrimonio y debe ser combatida a toda costa para lograr obtener un matrimonio saludable. Si la causa de la intolerancia es el egoísmo, el orgullo y la inmadurez, para resolver este problema debemos usar el antídoto en cada una de esas tres áreas. 
El antídoto contra el egoísmo es el amor, porque el amor es servicial y siempre está en función del bienestar del cónyuge. 1 Corintios 13.
El antídoto contra el orgullo es la humildad. Una actitud de humildad siempre está dispuesta a reconocer errores, a pedir perdón y a perdonar. La actitud de humildad no contiende, ni acusa ni exige nada. 
El antídoto contra la inmadurez es el conocimiento de la palabra de Dios y la disposición a ponerla en práctica en nuestra propia vida.
Efesios 4:2-3: con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Efesios 4:31-32: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo
No importa si tienes la razón o no, dale siempre a tu cónyuge una salida digna. Eso es tolerancia y amor.
Toma hoy la decisión de ser más tolerante, primero con tu cónyuge. Escúchale con más atención, trata de entender su punto de vista, no impongas, porque sí, tu criterio. Dios nos manda tomar la decisión de ser humildes y decidir soportarnos unos a otros con paciencia y con mucho amor.
Toma la firme decisión de renunciar a la amargura, el enojo, la ira, los gritos y toda mala palabra que salga de nuestras bocas. Frecuentemente tenemos estas actitudes por falta de perdón, por lo cual tenemos que tomar la decisión de perdonar a toda persona que nos hirió en el pasado, comenzando por nuestros padres y personas cercanas a nosotros.
Perdonar y bendecir a quienes nos han hecho daño nos librará de toda amargura y podremos obedecer la palabra de Dios en nuestra vida.

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