domingo, 15 de enero de 2017

¿Llorar Te Hace Feliz?

Soy la mayor de tres hermanas en mi familia; sí, todas mujeres, y ahí, en mi casa nunca se escuchó esa lapidaria frase de “no llores, hijo, porque eres hombre”. Yo  me preguntaba, ¿por qué los hombres tienen lagrimales si no deben llorar? En fin, como te decía, soy la mayor de tres hermanas, y aunque me libré de la frase ya leída, no me libré de esta otra, “ya no llores más porque tus hermanas más pequeñas se van a asustar y tú debes darles ejemplo”.
Cuando yo pasaba por un momento difícil, vivía alguna terrible pena o simplemente me machacaba un dedo, estaba muy bien entrenada para no llorar, y mi manera de liberar un poco de tensión o pena era gritando o diciendo alguna grosería.
Resultado de imagen de Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolaciónTenía un excelente control sobre mis lágrimas, y si alguna vez me sentía desolada o triste y me daba permiso de llorar, sabía que en cuanto viera frente a mí a alguien más pequeño en cualquier aspecto de mi vida, aspiraría aire con mucha fuerza, comenzaría a respirar lenta y profundamente, tenía el control, y entonces, ya estaba lista para consolar a los que estaban a mi alrededor.
Pasaron los años, y para la mayoría de mis familiares y amigos yo era muy fuerte y valiente, pero eso estaba muy lejos de ser verdad...
...Porque poco a poco fui descubriendo que llorar era prácticamente un regalo de Dios; tanto es así que Jesús dice que el que llora es bienaventurado, que significa doblemente bendecido, o sumamente feliz. Sin embargo, la palabra enseña que los gritones, malhumorados o los que dicen malas palabras se están buscando problemas con Dios. 
Efesios 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería maledicencia, y toda malicia.
En el aspecto social, la mayoría de las personas entienden que llorar es una muestra de debilidad, que es señal de inmadurez o de falta de control. Pero alguna vez leí que llorar no te hace más débil, simplemente es una señal de que estás vivo. Dios dice respecto a llorar:
Mateo 5:4 Bienaventurados los que lloran, porque recibirán consolación.
Lucas 6:21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.
Lucas 23:27, 28. “Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos”.
Además de esto, la ciencia ha demostrado que llorar es la mejor manera de depurar nuestra alma y nuestro cuerpo. Dese cuenta que todo nuestro cuerpo está listo para desechar lo que no le sirve y las lagrimas, así como el sudor, la orina, defecar, la menstruación, etc., son auxiliares en la liberación de toxinas.
Llorar es un impulso natural del ser humano, que si bien las mujeres manifestamos más frecuentemente, no por ello es injustificado y los hombres deberían practicarlo más.
Contener el llanto no es sano: Llorar es una respuesta orgánica frente a una situación de tensión y estrés intenso. ¿Cómo funciona? Al dejar que las lágrimas fluyan, el cuerpo entra en un estado de tristeza. Nuestro organismo entonces, se dispone para relajar el cuerpo y atenuar la sensación de tensión, libera opiáceos y oxitocinas, una especie, esta última, de calmante natural.
Por eso no lloramos eternamente, aunque la situación que provocó el lloro no se haya solucionado. El cuerpo nos permite, con las lágrimas, procesar una sensación y superarla.
Llorar también beneficia su salud emocional, pues le ayuda a sacar a flote las sensaciones negativas que un determinado evento o circunstancia haya causado a su vida.
Como ya dijimos, llorar le permite eliminar toxinas y, después de permitirse derramar sus lágrimas sentirá un efecto beneficioso, un bienestar similar a tomar un baño tibio antes de ir a la cama. Debemos pues, responder a  nuestra  necesidad. Y si por alguna razón te cuesta llorar, pelar cebollas o mirar alguna película triste puede ayudarte a dar el primer paso.
No permitas que tu corazón siga endurecido y te engañe, haciéndote pensar que no llorar es tener mansedumbre o dominio propio.
Romanos 12:15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. 12:16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
Aunque estas bienaventuranzas y consuelos son para aquellos que hemos llorado por estar profundamente tristes, por ejemplo, ante la confrontación de nuestros pecados, y que el Espíritu Santo, al llenarnos de arrepentimiento genuino, nos contrista quebrantando nuestro ser natural, también es una realidad que el mundo ha utilizado el llanto y las lágrimas hipócritas para chantajear y manipular. Sin embargo, recordemos que Dios es omnisciente, y con su gran poder jamás podremos burlarnos de Él.
Gálatas: 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 6:8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.
Sé afable y apacible, bendiciones.

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