… porque
yo vivo, vosotros también viviréis. Juan 14:19
Las palabras del padre de Ravi fueron muy duras:
«Eres un fracaso total. Una vergüenza para la familia». En comparación con sus
talentosos hermanos, a Ravi lo consideraban una desgracia. Entonces intentó
destacar en los deportes, y lo logró, pero seguía sintiéndose un perdedor. Se
preguntaba: ¿Qué va a pasar conmigo? ¿Soy un fracaso total? ¿Podré salir
adelante de alguna manera, sin sufrir? Estos pensamientos lo atormentaban, pero
no se lo dijo a nadie. En su cultura no estaba bien hablar con otros de sus
sentimientos. Le habían enseñado: «Mantén en secreto las angustias y permanece
firme cuando tu mundo se derrumbe».
Por eso Ravi luchaba solo. Mientras se
recuperaba en un hospital tras un intento fallido de suicidio, alguien le llevó
una Biblia, abierta en Juan 14. Su madre le leyó: «porque yo vivo, vosotros
también viviréis» (verso 19). Quizá ésta sea mi única esperanza, pensó. Una nueva
manera de vivir. La vida, como la define su Autor. Así que oró: «Jesús, si Tú
eres el que da la vida como se supone que debe ser, quiero tenerla».
La vida puede volverse desesperante; pero, como
Ravi, podemos encontrar esperanza en Jesús, porque Él es «el camino, y la
verdad, y la vida» (verso 6). Dios anhela darnos una vida abundante y
satisfactoria.
Jesús,
perdona mis pecados. Te acepto como mi Salvador. Dame vida eterna.
Solamente
Jesús puede darnos vida nueva.
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