martes, 16 de febrero de 2016

Amigo, guía y padrino

Peter estaba feliz ese día. Iba a ser padrino de boda de Andrés Miles, su mejor amigo. Peter lucía en el cuello una hermosa corbata roja de lazo, algo que nunca había usado en toda su vida. Además, iba a llevar los anillos de boda. Era un gran privilegio, un gran honor, una gran satisfacción.
Así que Peter entró al registro civil acompañando a su amigo Andrés y a la novia de éste, Wendy, y estuvo presente en todos los detalles del registro. Pero había un problema. Durante la ceremonia, Peter no pudo pararse junto a su amigo mientras éste pronunciaba los votos nupciales.
¿Cuál era el problema? Peter, a pesar de ser bueno, de ser fiel, honrado y limpio, y hasta de ser el mejor amigo del novio, no era más que un perro. Pero era un perro extraordinario. Era el perro guía de Andrés, que era ciego.
"Él me ayudó a conseguir la novia que tengo, explicó Andrés. Por eso quiero que sea mi padrino."
He aquí un caso lleno de calor humano, aunque uno de los protagonistas sea un perro: Andrés Miles, de veintiocho años de edad, de Houston, Texas, ciego, con su mejor amigo, un perro labrador de dos años llamado Peter.
Peter lo guiaba a todas partes, lo ayudaba, lo cuidaba, lo protegía. Por cierto, Peter le ayudó a conseguir el amor de Wendy Screaton, la novia que llegó a ser su esposa. Para la boda, Andrés no encontró mejor padrino que Peter. Así que Peter llevó en sus dientes los anillos de boda. ¡Lugar más seguro no podía haber!
Todos necesitamos tener un amigo en la vida. Un amigo bueno, que nos consuele en los días tristes, que nos aconseje en los días de incertidumbre, que nos ayude en los días de necesidad y que nos acompañe en los días felices. Un amigo que, como la sangre, sea el primero en correr a nuestro lado cuando estamos heridos y el último en abandonarnos a la hora de la muerte.
Todos necesitamos un amigo fiel, constante y sincero que nos endulce la vida, que nos levante la moral, que nos cuide de caer y nos ilumine el camino. Es, sin duda, una gran consolación encontrar un amigo con esas cualidades.
¿Tenemos un amigo así? ¿Alguien con quien podemos hablar cuando necesitamos ayuda? Hay uno que está a nuestro alcance. Se llama Jesucristo. Él desea ser el amigo de quienes lo busquemos. Solo tenemos que decir: "Señor, te necesito. Por favor, ayúdame." 
Hagámoslo hoy. Él solo espera que lo llamemos.

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