miércoles, 28 de diciembre de 2016

Navidad en cautiverio

El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos. Isaías 9:2
Martin Niemoller, destacado pastor alemán, pasó casi ocho años en campos de concentración nazis porque se oponía abiertamente a Hitler. La víspera de Navidad de 1944, compartió estas palabras de esperanza con sus compañeros de prisión en Dachau: «Mis queridos amigos, esta Navidad busquemos en el Bebé de Belén a Aquel que vino para soportar con nosotros todas las cargas que nos abruman. ¡Dios mismo construyó un puente hacia nosotros! ¡Un amanecer de lo alto nos ha visitado!»
En Navidad recordamos la buena noticia de que Dios, en Cristo, nos busca donde estemos y cierra la brecha que nos separa de Él. Inunda de luz nuestras prisiones de oscuridad y levanta la carga de tristeza, culpa o soledad que nos agobia.
Aquella Nochebuena en la cárcel, Niemoller compartió esta buena noticia: «Del resplandor que rodeó a los pastores, un rayo brillante caerá en nuestra oscuridad». Sus palabras nos recuerdan al profeta Isaías: «El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos» (9:2).
Independientemente de dónde te encuentres hoy, ¡Jesús ha penetrado en nuestro mundo oscuro con su gozo y su luz!

Señor Jesús, saber que tu luz brilla en la oscuridad y prevalece sobre ella, nos da esperanza y fuerzas.

El gozo de la Navidad es Jesús.

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