sábado, 31 de diciembre de 2016

La verdad es un lazo

Para preparar una cena especial, una mujer se detuvo en una pequeña carnicería para comprar carne. Como plato principal, había decidido rellenar un pollo y asarlo. Cuando le pidió al hombre de la carnicería que le diese el pollo más grande que tuviese, éste sacó del compartimento refrigerado el último pollo que tenía y lo colocó sobre la balanza.
Resultado de imagen de La verdad es un lazo- Pesa un kilo ochocientos, señora -le dijo.
La mujer pensó unos momentos y luego dijo:
-No estoy segura que alcance. ¿No tiene uno más grande?
El dependiente devolvió el pollo al compartimento, simuló que buscaba entre el hielo que se derretía y sacó el mismo pollo. Ésta vez, mientras lo pesaba en la balanza, aplicó disimuladamente un poco de presión con sus dedos.
-Ah, dijo con una sonrisa-, éste pesa dos kilos setecientos.
La mujer frunció el ceño, y haciendo algunos cálculos mentales, dijo sonriente:
– No estoy muy segura. Mejor, ¡envuélvame los dos!
La verdad es un lazo, no una cinta elástica.
Proverbios 19:5
El testigo falso no quedará sin castigo, y el que cuenta mentiras no escapará.

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